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EMPAÑADO POR DENTRO

Irene Escobedo López

La imagen de la ciudad de Zacatecas cada vez va más en demérito de lo que un día fue. De esto no se dan cuenta los políticos, habría que bajarse y salir a pie y entre los de a pie para cerciorarse de ello.

Parece que al analizar sus propias estadísticas a Turismo y Cultura les ha faltado también cotejar cifras con los empresarios y comerciantes que trabajan principalmente en el primer cuadro de la ciudad y quienes definitivamente tienen ‘otros datos’ respecto al impacto económico y turístico que se logró o no, durante la temporada vacacional de Semana Santa y Pascua.

Esta vez las campanas a vuelo son solo de la parte oficial, las ventas sin embargo no repuntaron en los bolsillos de los comerciantes y a estas alturas se requiere muchísima precisión porque si no entonces a quien estamos engañando.

No se trata solo de dar las buenas nuevas sino de que verdaderamente vayan sustentadas y que sean la consecuencia de campañas bien estructuradas, pero sobre el análisis de lo que realmente hay que atacar o modificar, no sobre la base de disfrazar la ciudad de alegría, cuando en lo general se vive y percibe una gran angustia que ya desborda en agonía.

Para los comerciantes y restauranteros en estas vacaciones no hubo el progreso del que si hablan los titulares de turismo y cultura. La población de Zacatecas fue la única que se movilizo durante el Festival Cultural, pero es, y no es digno de presunción, gente que no consume, mientras la llegada del turismo se concretó apenas en un 40 por ciento. Ya la capital del estado amerita también una apapachada, porque la ciudad no es la Avenida Hidalgo.

Las actuales condiciones del paisaje urbano ameritan salirse del riguroso Centro Histórico, a dos cuadras de Catedral el panorama ya es triste. Basura, banquetas en pésimo estado, ambulantaje con puestos que manejan productos húmedos con el consiguiente daño a la vía pública y en cuanto a la seguridad una ciudad desolada sin el brillo que siempre reflejó, en menos de un año paso de una percepción de inseguridad de 91% a más del 94% y eso es más que significativo.

La realidad de Zacatecas es dolorosa. Hay miedo, hay temor, hay abandono, hay deterioro. No vislumbramos una posibilidad de que desde afuera vean lo que definitivamente está empañado por dentro.