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El orden social

Jaime Santoyo Castro

En todo conglomerado social hay dos grupos que aunque no son antagónicos, siempre se encuentran en disputa:

El de los gobernantes, investidos de autoridad, con frecuente tendencia a abusar del uso del poder y de la fuerza y por otro lado, el grupo de los gobernados, investidos de libertad, y muchos siempre con la tentación de hacer uso excesivo de ella.

En ambos grupos nos encontramos siempre a algunos actores con intenciones y realizando acciones orientadas a ir más allá de lo que la Ley permite. La autoridad está sujeta a cumplir el principio de legalidad, que significa que sólo puede hacer lo que la ley le permite o le ordena, en tanto que el gobernado debe hacer lo que la ley le ordena, debe abstenerse de hacer lo que la ley le prohíbe y puede hacer todo aquello que no le esté prohibido.

Así pues, gobernados y gobernantes son víctimas de las tentaciones a pasar los límites, lo que significa que están en permanente lucha por imponerse uno sobre el otro, pero siempre, en medio de ambos, se encuentra el orden social, que se logra al cumplir las normas que hemos establecido para regir la conducta de unos y otros.

Cuando la autoridad respeta el margen que tiene para ejercer el poder, y la sociedad actúa dentro de los limites que tiene para ejercer la libertad sin ofender la libertad de los demás, estaremos en el caso de un orden jurídico perfecto, que lamentablemente es un ideal, pues no se observa en ninguna parte del mundo y por lo contrario observamos guerras, asesinatos, robos, secuestros, fraudes, lesiones, etc, etc.

Para evitar el caos y el desorden, cada sociedad ha construido una serie de normas que contienen un catálogo de derechos, y de obligaciones, y ha establecido tribunales con facultades para imponer sanciones a quienes quebranten el orden y también ha creado una serie de instituciones con la encomienda de propiciar el desarrollo económico y social de la población, la educación, la salud, el empleo, la seguridad, la armonía, la libertad, disminuir la pobreza y la desigualdad, empoderar a las mujeres ya los jóvenes y procurar el que se logre el fin ultimo del derecho, que es la justicia. ¡Eso es responsabilidad de todos!