Por José Guillermo P.

   Por lo que se ha alcanzado a ver, la cuarta transformación no tuvo efecto en las viejas prácticas que convierten al congreso en un mercado donde se vende y compra con descaro absoluto.

   Por ejemplo, la licencia para un Senador que como gobernador reformó la constitución de su estado para poder ser su propio sustituto cuesta 5 diputados. O al menos a ese acuerdo llegó el Partido Verde con Morena para permitirle al Senador-Gobernador Manuel Velasco regresar a su estado 3 meses más a terminar su período, mientras le guardan su lugar en el Senado de la República.

   Velasco dice que quiere regresar a gobernar su estado para terminar su compromiso con los chiapanecos, pero resulta poco plausible que el Verde pagara con 5 diputados su licencia para tal propósito ¿será que necesita regresar a tapar hoyos para poder salir bien librado y evitar compartir destino con los exgobernadores caídos en desgracia como Javier Duarte?

   Este hecho sorprendió a muchos, incluidos los legisladores de Morena que creyeron tener libertad para votar según su propio juicio o convicciones. Pero les dieron línea y los hicieron cambiar su voto, pues en una primera votación se le negó la licencia a Velasco, proceso que se repuso con una segunda votación en la que los legisladores de Morena (solamente 6 mantuvieron su voto) cambiaron su “no” por un “sí”, votando a favor de la licencia también la mayoría de la bancada del PRI.

   Tras este acuerdo entre Morena, PRI y el PVEM, se anunció que el Verde le cedía 5 diputados a Morena, mismos con los que alcanza la mayoría absoluta en la cámara baja. Además se dejó fuera de la discusión un tema que el PAN quería debatir: la inminente liberación de Alejandro Gutiérrez, quien fuera secretario adjunto del PRI y a quien se le acusa de haber desviado 250 millones de pesos para las campañas de su partido en 2016.

   Lamentablemente la esperanza de un cambio en la manera de hacer política se desvaneció muy rápido. El mercado legislativo sigue operando bajo las mismas reglas.