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El ánimo de la democracia ha perfeccionado su expresión

Hace muchos años que Occidente limpió sus paredes de propaganda electoral. No era la publicidad más limpia y ordenada, pero todo se valía. Sin embargo, en algunas sociedades en desarrollo, como la nuestra, la brasileña y en algunos Estados de la Unión Americana, manchar las paredes se había convertido en la fiesta de la democracia en un signo de identidad. Pero antes de esta era y después de la marea del papel, vino la epidemia de los spots en las televisiones, que ya no retienen la atención de las audiencias.
En aquel momento, las campañas se mostraban a favor y en contra, pero era tal el poder de la televisión que gran parte de la campaña y contra campaña era irse a manifestar ante los estudios de Televisa, por el peso que tenía.
Hoy, en la era con Internet manejamos nuestra vida, y con las redes como máxima expresión de nuestros sentimientos, ha desaparecido de las calles las pintas y el papel, pero la emoción no.
Esta se sube en 140 caracteres, con fotos retocadas y con agresiones, a través de Facebook. ¡Refinamos!