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ECLECTIS

Raymundo Carrillo

Las consecuencias de la reforma electoral, plan “B” de López, no incidió en el asunto de los altos salarios del INE, los deja intactos; afectó la estructura funcional del INE y deteriora el funcionamiento de los órganos electorales estatales; por lo pronto no hay reforma; su existencia, será materia jurídica en litigio durante algunos meses ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el pronóstico es mejor tenerlo reservado.

Los legisladores que apoyaron ese plan, lo hicieron de una manera ciega, sorda y faltando a los procedimientos legislativos necesarios para ostentar un decreto de tal magnitud, el cual, si bien, no modifica sustancialmente el modo de vida cotidiana del pueblo, si modificará el proceso de manejo y cuidado del voto ciudadano; tampoco modificó la forma en que los partidos realizan sus prácticas de elección.

Así, los legisladores quedaron todo a deber y aumentaron el riesgo para un conteo de votos defectuoso y la manipulación de urnas por parte de los gobiernos en turno. Tan malo estuvo el proceso legislativo que, durante la semana luego de haber sido autorizado en el Senado, el mismo López advirtió de un posible veto por su parte.

Los pobladores que, leen del asunto desde las gacetas legislativas en los portales legislativos, podrán dar cuenta, desde sus respetables criterios o tendencias, si está bien o mal lo que sucede, quienes se inclinan a favor o en contra únicamente por lo que creen de sus líderes, amigos, allegados y pasquines publicitarios, también se les respeta, la mezcla de estas libertades, son males inevitables y a veces necesarios de un país democrático.

En la segunda y nueva edición del Informe País (el primero fue en el año 2014) se ofrece un análisis completo sobre el estado que guarda la democracia nacional, las conclusiones a las que llega, hay que considerarlas desde el diseño e implementación de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 llevada a cabo por INE e INEGI, con agregados en el 2021 de Investigadores nacionales y el Colegio de México.

Apegado a los argumentos del presentador se agrega respetuosamente el siguiente criterio: “el informe País 2020 es ofrecer a la población mexicana un análisis completo sobre el estado que guarda la democracia en México, atendiendo a tres dimensiones de la vida democrática: la representación, la participación, y los valores democráticos…”.

El documento identifica algunos déficits u obstáculos entre el ideal y la experiencia concreta de la vida democrática desde actitudes como la discriminación, la exclusión, intolerancia y conductas como el clientelismo corrupción y coacción del voto. El Informe País 2020 se encuentra, en las páginas digitales del INE y la encuesta en el portal del INEGI.

En esta colaboración que permite DIALOGO y su director, se agradece la oportunidad de compartir a quienes quisieran ver y saber, con datos concretos y firmes, algo que permite otear la ruta que lleva nuestra democracia y lo que pueden significan los nuevos derroteros que hoy se imponen, es cierto que antes también fueron imposiciones, donde participaron más colectivos, pero ahora es aparentemente la iluminación de un solo personaje.

El destino que espera la población donde moramos, se encuentran en un momento de cambios; “trastornos de la democracia”, dice el Informe País 2020. Hablar de estos datos, es cosa de un espacio más amplio y de la sensible observación del transcurrir cotidiano a la luz de tal información.

Al tomar la iniciativa de leerle, no solamente queda en recomendación, sino que, efectivamente reclama a la meditación objetiva, que impulse una revolución pacífica, la acción preclara y por supuesto, la defensa por el buen desarrollo de lo instituido, lo que representa libertad para la población, sin falsedades ni apariencias comodinas.

Por ejemplo: mientras las fuerzas Armadas del País, la Guardia nacional y el INE tienen el más alto grado de confianza poblacional, los partidos políticos tienen el último lugar. “Distínguese” en ECLECTIS (un poco de todo), lo siguiente: el plan “B” no tocó el sistema de partidos, hoy es posible reconocer aquel vulgo rumor nacional sobre el ideal de tener nada más dos partidos para votar, esto hoy es un hecho; en la actual práctica, no se ejerce un “sistema” de partidos, se ejerce un “sistema” de alianzas de partidos; dos alianzas confluyen a la competencia en las urnas; si alguno de los partidos aliados se desprende, podrá seguir registrado, pero no ganará nada más.

Hay una transformación política evidente, pero ésta, solamente abona a las cúpulas, trastoca la plutocracia de siempre, pero nada más, no hay mejora de vida cotidiana en general; una reforma que si cambiaría la sustancia cotidiana, sería económica; no solamente una reforma fiscal (impuestos), sino una reforma hacendaria (ingresos y egresos), ya que, de paso sea dicho, la actual estructura económica social, no aguantará mucho tiempo las gigantes cargas financieras que constitucionalmente ahora guarda; regresar donde estába, no sucederá, los datos País 2020, lo dejarían claro. La siguiente semana se agradece de antemano su lectura en estos bemoles… nuestros.