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Eclectis

Raymundo Carrillo

La retrospectiva que se puede tener volteando al pasado y la prospectiva que hay del futuro, son plenamente un choque con los aspectos del presente.

Hay las generaciones que nacieron y se criaron con la idea de que el machismo en los individuos, el paternalismo gubernamental, el feminismo sumiso y la infancia sujeta, significaban un complejo nacional del cual, no solamente era bueno abrazarse, sino, también enorgullecerse y trasmitir como ejemplo de masculinidad y fuerza, de feminismo y delicadeza, eran apropiados y deseables ideales. Las películas de la llamada época de oro que aún se exhiben en televisión, son muestra de esa época en que germinó el crecimiento del México social; las canciones exitosas hablaban de perderse en una cantina, las alegres hablaban velado de la siguaraya, siendo hoy legal. Persiste mucho de lo antiguo reciente.

La posrevolución ejerció gobierno autónomo y soberanía, pero, sin buena comunicación, más que la formal al extranjero, sin mucha intercomunicación con los más cercanos; pero, llevaba una transformación indetenible; así, el entonces ágil telegrama fue rebasado por el teléfono, luego el teléfono por el fax, luego el fax por la computación; arrollan la imprenta, la radio, la televisión y todas, son rebasadas por el celular con internet.

Viven las generaciones humanas, quienes tomaron de un trago todo ese mar de transformaciones.

La transformación política de la sociedad, durante tal época, de la que aún hay testimonios vivos, prefirió cambiar o transformarse sin la fuerza de las armas, de los estallidos dolorosos que han significado las guerras. Nuevamente no se deja de reconocer que aún se persiste en esos métodos.

Se ha mencionado dos veces en esta dominguera letra la palabra: persiste; no es lo mismo que: prevalece.

Prevalece en todo lo mencionado, la altura de miras de una Población, que es, el monumental y enorme esfuerzo de superación humana, mexicana. Pero, no nada más de México, sino del Pueblo aquel, que sin importar fronteras busca el bien y su desarrollo; evita el mal y le supera. Aún de gobiernos corruptos, de doble moral, de la mezcla de malos con buenos, del dolo de la mala contra de la buena, de la ventaja del ventajista contra la ingenuidad y buena voluntad; de la desventaja de quien no es ventajista, haciendo viceversas a la maldad del cálculo malicioso; la humanidad y el país han avanzado.

Se avanza difícil, hoy mismo, cuando de un partido en México salió la idea de las pensiones universales, hoy ese partido es incomprendido por su visión democrática y social.

El siguiente evento colosal que se cuestiona es: ¿regresamos a los años de las expropiaciones? ¿A las épocas postrevolucionarias, donde los vestigios de las propiedades extranjeras, hubieron de ser así arrancadas porque provenían de la explotación insana? Explotación de hoy, la cual no viene de aquella recordada hacienda de regiones asoladas y monopólicas, hacienda propiedad de caciques con causa independentista, no líderes de la digna Reforma que encontró la Soberanía del Estado; no la soberanía económica, la cual es responsabilidad de cada uno y de cada una.

La soberanía económica que se invoca hoy, lleva escondido y disimulado el agravio a la población que cada uno de los últimos sexenios ha realizado. Invocar esa soberanía económica, disfraza que el presidente en turno, se lleve todo el presupuesto a su región, su rumbo, su pequeña patria origen, dejando a la República para el discurso enconado y olvidándola en los hechos de una economía para todas y todos.

Ahora cabe explorar un país abierto, franco ante la universalidad, y sincero con el globalismo. Es precavido, prudente y virtuoso, evitar regresiones históricas invocando el nacionalismo cerrado y los gobiernos autoritarios; la idea de imponer y cerrarse, atrae consigo muchos males y pocos bienes; lo vivimos en Zacatecas ante la visión ofrecida con el fallido inicio de un gobierno del Estado errático.

No será siempre la ideología o el instituto político el acertado o no, las personas cuentan; está renovada esa premisa.

Por otra parte, de la misma esfera de cosas, cabe reconocer el bacheo de Jerez, como buen arranque.