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Eclectis

Raymundo Carrillo

Cual razonamiento del pueblo Sabio, la consulta sobre la pregunta de si había de ejercer el presidente su deber de hacer cumplir la Ley, denunciando y demandando a quienes hayan cometido actos de peculio, abuso, corrupción e impunidad; solamente un quinto de electores esperados, ocurrieron a contestar que si y una minoría incluso que no. La Ley no se negocia ni se esquiva. La respuesta tácita de la mayoría fue, no llegar al disimulo y, así pues, las dependencias del intentado nuevo régimen han de actuar en consecuencia. La Fiscalía, así como la Unidad de Inteligencia Financiera, ambas con ya tres años de manos libres para intervenir todo archivo y acto de malos hechos del pasado inmediato y anterior, es su deber, tener ya los elementos para hacer valer y demostrar que hacen todo aquello para lo que fueron creadas.

La nueva consulta, si bien es cierto no se ha llevado a cabo, ya empezó con el pie “chueco”, “pando”, cuando la magnitud de su carácter obliga antes a crear una Ley y hacer una reforma a la Constitución. La Ley, no ha podido pasar de las discusiones en el Poder legislativo, donde sin duda, el actual quorum es a favor del presidente, sin embargo, no han alcanzado la mayoría requerida para que la Ley sobre de dicha consulta pase y de paso, a su vez, pueda efectuarse la solicitud de la realización de la consulta. En este tema, hay un zacatecano quién, cuando llega a la tribuna, lo plantera poniéndole el nombre del presidente y enseguida, en lugar de solicitar el sí, para una “revocación” de mandato, la cambia por una palabra diferente como: “ratificación”; es posible que una conversión tal, efectivamente obligue a que sea rechazado lo que se considera una Ley para “detener” por una pregunta que determina un “refrendar” o continuar… ¿sería adrede?, posiblemente nunca lo sabremos, el fuego amigo o, las palmaditas en la espalda con doble filo, siempre en política han existido.

Cosa muy reflexiva es la siguiente pretensión de consulta sobre de la revocación de mandato. Un primer asomo al asunto, implica considerar el costo de la consulta: 4 mil millones de pesos que no tiene el INE porque no fueron presupuestados para el año 2021, el INE, los tendría que pedir y eso lleva al menos dos miradas analíticas, una: el que, siendo un gobierno de austera economía republicana, se tenga la mano tan suelta para gastar tanto dinero en preguntar un gobernante al Pueblo que dice tener tan cercano, si le puede preguntar gastando cercanamente y con criterio austero; una segunda idea que se viene necesariamente es: sentenciado el INE a desaparecer, cosa ésta, del mandatario mismo, ante tanto señalamiento de corrupción, desvíos, canalladas y abusos ¿Cómo es posible que, se le quieran adjudicar 4 mil millones de manera tan súbita?

El asunto de consultar, efectivamente es un ejercicio democrático que el pueblo ha de entender como un evento en el que, como en las elecciones, puede decidir sobre de realizar o no, actividades en bien de sí mismo, pero no al contentillo de sus gobernantes en turno. Puede ponerse a consulta por ejemplo: que, además o en sustitución de dar dinero en efectivo a madres soleras o a adultos mayores, les sea permanentemente, el resto de su vida o de su situación, la condonación del pago de la luz eléctrica; o, el de obtener medicinas y atención médica, sin importar el nivel que requieran; o, que las tenencias estatales sean eliminadas; o, que a los productores de cierto nivel se les otorgue gratis el diésel; o, que una reforma hacendaria sea puesta en marcha consultando los criterios generales mas importantes…

Es cierto que, la evolución y transformación de un Pueblo lleva tiempos, pero nuestro Pueblo ya lleva muchos experimentos fallidos y fallados, no todos, pero todos, en relativamente pocos años después de la Revolución Mexicana.

Cabe pensar que los distractores han sido diseñados por la presidencia y el presidente, para llevar a acabo la remodelación y restauración del Sur de la República, donde está su rancho, y, a donde se ha llevado el presupuesto de todos los corruptos y corrupciones… aunque la impunidad siempre lleva distractores.