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Drástica caída del empleo de -19.2 por ciento en industria de la construcción

Zacatecas una de las cuatro entidades más afectadas del país, con valores de producción en el sector de apenas 1.1 por ciento

Por Irene Escobedo López

Menos horas trabajadas, drástica reducción de los valores de producción y del empleo en el sector de la construcción como resultado de los efectos adversos de la pandemia,  es el panorama con el que el sector de la industria de la construcción abre oficialmente el 2021, luego de que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática diera a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Constructoras 2020 (ENEC).

La crisis que enfrenta la industria de la construcción ha sido la peor en los últimos 20 años,  inició   en 2019 con un efecto adverso tan negativo que fue catalogado como “un año desastroso” para un sector que no advertía entonces que lo peor estaba por venir; con la entrada del 2020 y el inicio de la pandemia por Coronavirus,  el sector enfrentaría una de sus más difíciles caídas al afrontar un desplome  del 8.6 por ciento.

Pese al inicio negativo los constructores habrían estimado dos diversos escenarios para la industria en 2020, en el primero el sector tendría una caída del 3 al 4 por ciento si las medidas de contención y distanciamiento social presentaban un impacto positivo en el control de la pandemia;  en un segundo contexto proyectaron un impacto del 7 por ciento si las medidas de distanciamiento social y la pandemia se prolongaban pero habrían perdido 398 mil puestos de trabajo.  Las cifras reales rebasarían toda proyección.

De acuerdo con el INEGI en su comparación anual 2019-2020, el valor real de la producción de las empresas constructoras no fue del 4 al 7 por ciento, sino que registró una variación de (-)23.8 por ciento, mientras que el personal ocupado fue de (-)19.2 por ciento y las horas trabajadas retrocedieron (-)18.1 por ciento y las remuneraciones medias reales aumentaron apenas 1.4 por ciento en noviembre de 2020, frente a igual mes de un año antes.

Las expectativas de crecimiento se desvanecieron paulatinamente con el transcurrir del 2020, para la Cámara de la Industria de la Construcción las causas son claras: la expansión y profundidad del impacto del Covid 19,  los menores precios del petróleo, la inestabilidad en los mercados financieros,  recortes al gasto público y aversión al riesgo de parte de inversionistas privados.

Para los especialistas hay motivos más que precisos que llevaron al sector a la catástrofe y citan como causas principales la disminución del presupuesto federal destinado a obra pública, descenso del PIB y el recorte a la inversión  productiva de las empresas constructoras.

El INEGI coincide en todas las apreciaciones y ha señalado al 2020 como catastrófico para la industria, situación que se ha extendido incluso a los primeros meses del presente año cuando la mayor caída en el sector fue en obras de ingeniería civil que se redujeron en un 21.3 por ciento con mayor afectación en el país en valores de producción para los Estados de Morelos con 0.5 por ciento,  Chiapas 0.7 por ciento,  Nayarit 0.8 y Zacatecas 1.0 por ciento, todas entidades que no han logrado sobreponerse desde 2019.

Los mayores niveles de producción esta vez fueron para  Nuevo León 12.8 por ciento,  Guanajuato 7.4 por ciento Jalisco 6.2 por ciento y Ciudad de México 5.4 por ciento.  Nuevo León fue también el Estado más beneficiado en cuanto a Edificaciones, Durango en Agua, riego y saneamiento, Sonora en Electricidad y telecomunicaciones, Guanajuato en Transporte y urbanización; el Estado de Tabasco en Petróleo y Petroquímica y  la Ciudad de México en el rubro de otras construcciones.

La crisis en la construcción habría iniciado en 2019, se aceleró a inicios del año pasado y  continúa registrando los niveles más bajos de los últimos 20 años.

Zacatecas apenas destaca en sus valores de producción, ocupa el cuarto sitio a nivel nacional y por el tipo de obra llega al 0.2 por ciento en edificación, 4.9 en Agua, riego y saneamiento, 0.8 por ciento en electricidad y telecomunicaciones, 1.6 por ciento en transporte y urbanización y 2.4 por ciento en otro tipo de construcciones no especificadas. No registra niveles de producción en Petróleo y Petroquímica.

El sector de la construcción ha sido uno de los más importantes generadores de empleo en el país, aportando hasta 6 millones de puestos de trabajo directos anualmente. Atendiendo a esta condición los industriales de la CMIC habrían solicitado al Gobierno Federal desde el pasado mes de abril, considerar a la construcción como actividad esencial debido a la magnitud de su cadena productiva en obras como ampliaciones y rehabilitaciones.

“Pero la estrategia presidencial busco reactivar la industria de la construcción a través de obra pública mediante la realización de obras de infraestructura básica tales como introducción de drenaje y agua potable o pavimentación de calles en colonias populares y construcción de vivienda. Estas acciones son de mediano y largo plazo, y carecen de un apoyo inmediato y directo para el rescate de las micro, pequeñas y medianas empresas constructoras que les permita un respiro ante la situación de urgencia por la que están atravesando ante la falta de liquidez”, advierte la Cámara mediante un comunicado.

Y es que en efecto, los micro constructores, las pequeñas empresas familiares han sido también severamente afectados por la crisis en el sector generada por la pandemia. Contratos intermitentes, abaratamiento de mano de obra y arbitrariedades han sido las constantes bajo las que han resistido los obreros de la construcción.

Luis Nabor, trabajador de la construcción  fue uno de los que confiaron en la recuperación gradual de esta industria, llegó a cobrar hasta 34 pesos por metro cuadrado de obra, cuando el precio promedio es de 100 a 150 pesos: “parecía que funcionaba pero a la larga ya no me completaba ni para mi pasaje, me abaraté para tener trabajo pero no tuve ganancia, no tenía con qué sobrevivir, luego acepté trabajos pequeños, esos no dejan nada pero es lo que había”.

La crisis ha afectado por igual a los trabajadores de la industria de la construcción que a la población en su conjunto pero además ha dado pie a que los obreros dedicados a la construcción se expongan a abusos y arbitrariedades. Raúl Zavala lidera un equipo de 4 trabajadores, se promocionan en internet con cotización gratuita y traslado de escombro también de cortesía al final de la obra: “hay gente que no paga, perdimos hasta herramienta. Comenzábamos la obra y de repente había que parar que porque no tenían ya dinero. Y lo que ya hicimos se dejó a medias, muchas veces nos retiraron hasta con amenazas que porque eran familiares de policías o nos dejaban mensajes en el feis (Facebook) que nos iban a levantar si insistíamos en que nos pagaran”.

Las expectativas de una pronta recuperación continúan desvanecidas y mientras las actuales condiciones sanitarias por el Covid-19 no sean superadas, el crecimiento dentro del sector de la construcción está en riesgo de continuar a la baja y será difícil recuperar la capacidad productiva de la industria pese a la enseñanza de otras pandemias que han precedido al Coronavirus.

La evolución que el sector ha enfrentado en otras pandemias como la Bubónica o peste negra tuvo un comportamiento totalmente contrario al que presenta hoy la industria.  Según un informe de la BBC, antes de que estallara la peste, varios siglos de crecimiento demográfico habían producido un excedente de mano de obra que fue reemplazada abruptamente por una escasez de la misma cuando murieron muchos siervos y campesinos libres.

La historia refiere que quienes sobrevivieron a la más letal de las pandemias, lograron exigir mejores salarios  o buscar empleo en otros lugares. Con las condiciones actuales, los niveles no tan agudos de letalidad  del Covid y los bajos índices de desempleo sería inaudito alcanzar siquiera mejores condiciones o salarios para los trabajadores de la industria, misma que afrontará este 2021 arrastrando una crisis sin precedentes.