Navegar / buscar

Después de Pearl Harbor…

AMPARO BERUMEN

Tengo un anuncio importante. Acabamos de lanzar contra el Japón
la más poderosa bomba hasta ahora conocida, superior a si hubiéramos lanzado 20,000 toneladas. El experimento ha sido untriunfo extraordinario
Presidente Harry S.Truman.

Eran las 2:15 de la madrugada del seis de agosto de 1945 cuando el B-29 Enola Gay despegó de Tinian. La bomba fue montada en el aire para evitar un accidente nuclear durante el despegue. El cielo estaba despejado sobre Hiroshima. A las 8:15 de la mañana mas diecisiete segundos fue lanzada la bomba. A las 8:16 los tripulantes del avión portando gafas especiales vieron el resplandor púrpura… “Dios mío, ¿qué hemos hecho?” dijo el copiloto, capitán Robert A. Lewis…

Cuando el Consejo Supremo de Guerra japonés se reunía en Tokio, a fin de analizar la propuesta de Hirohito en torno al cese de las hostilidades, la bomba de plutonio “Fat Man” hacía impacto en Urakami, suburbio de Nagasaki. Con cinco palabras el Emperador describió el arma que devastó Hiroshima y Nagasaki y que condujo al mundo a su holocausto: “Una nueva y crudelísima bomba”.

Antes de aceptar los términos de rendición de los Aliados, Hirohito se enfrentó a sus más altos consejeros militares. Y el quince de agosto pronunció por radio un discurso sin precedentes: “Nos sentimos profundamente conscientes de los íntimos sentimientos de vosotros todos, Nuestros súbditos. Sin embargo, de acuerdo con el dictado del tiempo y el destino, nos hemos resuelto preparar el camino de una gran paz para todas las generaciones venideras soportando lo insoportable y sufriendo lo insufrible”.

En la Bahía de Tokio, a tres años y ocho meses de Pearl Harbor, la nación que había jurado luchar hasta el final, firmaba el dos de septiembre su rendición a bordo del Missouri.

El testimonio de Sankichi Toge,  sobreviviente de Hiroshima, ha quedado inscrito en su poema “Mañana”:

Sueñan:
Un obrero sueña, clavando la piqueta,
con el sudor convertido en cicatrices
por la explosión.

Una esposa sueña, inclinada sobre la
máquina de coser, entre el olor
enfermo de su piel desprendida.

Una taquillera sueña, con las cicatrices
ocultas, como pinzas de cangrejo,
en ambos brazos.

Un cerillero sueña, con astillas de cristal
clavadas en el cuello.

Sueñan:
Que gracias a un elemento hecho de
pecblenda y carnotita
mediante una interminable cadena de energía,
los desiertos hambrientos se convierten
en fértiles campos,
brillantes canales circundan las laderas.

(…)

Sueñan:
Que banderas de fiesta ondean a la
sombra de árboles donde descansan
los trabajadores, y labios benignos
relatan las leyendas de Hiroshima.

Sueñan:
Que esos cerdos con forma humana
que no saben emplear el poder del
centro de la tierra si no es para matar,
sobreviven sólo en libros
ilustrados para niños.

Que la energía de diez millones de
caballos de vapor por gramo, mil
veces más fuerte que un potente explosivo,
será puesta por el átomo en manos de la gente.

Que la rica cosecha de la ciencia
se transmitirá, en paz, a la gente,
como racimos de suculentas uvas
húmedas de rocío
recogidas al amanecer.

amparo.gberumen@gmail.com