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Decrece entusiasmo de burocratas por trabajo presencial

Hay frustración y problemas emocionales que no maneja el Decálogo de Retorno Progresivo.

Los burócratas están de regreso al trabajo. Llegaron con poco entusiasmo y de manera escalonada. El gobierno ha debido integrar un Decálogo de Retorno Progresivo de 38 páginas donde se consigna el orden para la reincorporación y los lineamientos para preservar la buena salud física ‘en el entorno’.

A partir de la primera semana de mayo, el personal de gobierno del estado, está casi completo. Recién se han incorporado aquellos, que por edad o condición específica de salud serían los últimos en ser convocados.

En Ciudad Administrativa el reencuentro de los que dejaron de verse hace casi un año, no fue el mismo. Detrás de caretas y mascarillas pocas sonrisas alegres y muchas miradas distintas. La ansiedad, la preocupación, el dolor, el duelo hicieron lo suyo y marcaron a todos, de muy distintas maneras.

Los burócratas, regresaron gradualmente conforme al Decálogo de Reincorporación Progresiva estructurado desde el gobierno, documento que en la práctica –sugieren algunos servidores públicos- no garantiza las mejores condiciones para evitar los contagios.

Al documento hecho a modo, técnicamente casi todos le han ‘echado un vistazo’. En la práctica –afirman- se regresó sencillamente ‘a lo acostumbrado’ y hay aspectos como el emocional, que no considera el decálogo y que forma parte de la buena salud que debe preservarse en el entorno.

Con la pandemia, la vida cotidiana de todos dio un giro inesperado. En los edificios de gobierno del Estado no todo es diferente. Un primer testimonio lo advierte: “Los administradores poco o nada aprendieron y creen que volver a lo acostumbrado es volver a la normalidad, y no, porque la normalidad ya no es la misma, nosotros ya somos otros y nuestro micro mundo también es diferente. Eso no lo entienden los gobiernos”.

“En mi caso -dice otro empleado-  algo muy individual: (siento) frustración por regresar a una rutina que podría hacer mejor en mi casa. Y el Decálogo, funciona sí, pero no se adapta a las condiciones reales de los trabajadores, emocionalmente llegamos incompletos.”

Y efectivamente, las medidas implantadas y operadas por la Dirección de Administración para el regreso al trabajo, contemplan una semaforización para regular el flujo de trabajadores y medidas para fomentar la buena salud física y protección para evitar mayores contagios. De la parte emocional, aquella que también ha afectado la condición psicológica de la mayoría de las personas -70% de la población mundial con secuelas- no se habla. Supone sin embargo el documento, que la capacidad de resiliencia debería ser inherente a todos.

Hay otras aseveraciones coincidentes. Entre una y otra versión no distan los conceptos: “hay desánimo, porque muchos empleados han perdido a parientes cercanos y sus ritmos de vida ya no son igual a los de antes. Y los riesgos de contagios aumentan conforme hay más gente encerrada en las oficinas”.

Y desde el interior del núcleo donde se gestiona la actividad gubernamental alguien más expresa: “…están obcecados (en el gobierno) en volver a sentirse máximos jerarcas de un ejército de burócratas dóciles a sus órdenes y caprichos, aun cuando el peligro de contagios no ha disminuido sensiblemente”.

Algunos servidores públicos dicen que las medidas para contención del virus, funcionarán solo trabajando de manera remota: “Hay quienes por necesidad salieron a desafiar al virus desde el principio, y quienes pudimos trabajar desde casa. El trabajo en casa tampoco es sencillo. Muchas horas y distractores, (pero) estábamos cuidando a nuestros hijos, padres. Ahora posiblemente hasta les llevemos el virus”.

“Los administradores poco o nada aprendieron, creen que volver a lo acostumbrado es la normalidad”.

Diversas versiones a discreción afirman que, pese a que no puede considerarse seguro el regreso a las oficinas, en Ciudad Administrativa el des confinamiento se instruyó porque “quieren tener a todos trabajando para que no se inmiscuyan en actos políticos adversos al PRI”. Pero más allá de la motivación que las autoridades tuvieron para la reintegración al trabajo de servidores públicos, los burócratas no se sienten confiados en el semi confinamiento laboral.

Los empleados afirman no sentirse tranquilos en sus espacios de trabajo, les alerta la ausencia de una nueva normalidad, esa que obliga al cambio de esquemas de trabajo. Pero desde el gobierno todo debe de seguir funcionando conforme lo determina el semáforo mientras que en Zacatecas como en el resto del país, las actividades no esenciales continúan normalizándose en todos los sectores, no solo el gubernamental.

Y efectivamente, los burócratas no serán los únicos que se reincorporen al trabajo este 2021. Según el reporte Tendencias del Entorno Laboral en México 2021, desarrollado por la consultora Kelly Services, aproximadamente el 30 por ciento de los trabajadores en nuestro país regresarán a sus centros de trabajo este año y 57 por ciento mantendrá esquemas híbridos de trabajo… Inesperadamente, solamente 13% de los trabajadores continuaran con el trabajo remoto

El riesgo de volver al confinamiento sigue siendo muy real advierte OMS

Si los países no manejan la transición con mucho cuidado será inevitable regresar al confinamiento, ha advertido la Organización Mundial de la Salud. Para tal fin la OMS ha integrado también una serie de recomendaciones, criterios que de no ser considerados al momento de reintegrar a la población al trabajo y a una nueva normalidad, podrían vulnerar la salud de los trabajadores y de la población en general.

Algunos de los parámetros que la OMS recomienda son: que las comunidades estén totalmente educadas, comprometidas y capacitadas para ajustarse a la “nueva norma”. Que los gobiernos aborden las desigualdades que alimentan la pandemia; que los riesgos de importación (del virus) se puedan gestionar. En países como México donde de manera oficial se considera que la pandemia está decreciendo y está bajo aparente control, existe el riesgo inherente de que las medidas de distanciamiento social se relajen y por ende el peligro de regresar al confinamiento sea real.