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Crece indiscriminadamente Violencia Intrafamiliar

Las agresiones contra mujeres y niñas es la forma más generalizada de abuso a nivel mundial, según datos de la ONU

Por Irene Escobedo

Mujeres, niños y adultos mayores, a puerta cerrada y en torno a una convivencia muchas veces forzada, están pagando las consecuencias negativas de la epidemia.

El confinamiento por el virus ha vuelto la vida un infierno para aquellas personas que no tienen otra opción que vivir al lado de una persona violenta.  Los abusadores no son solo hombres, es cualquier individuo que ostente sin inteligencia una relación de sometimiento.

Para los expertos de la ONU la violencia contra las mujeres y las niñas es la forma más generalizada de abuso a nivel mundial, una realidad que parecía no ser superada por nada, pero que hoy como consecuencia del confinamiento por la pandemia, la vorágine de abusos no solo se recrudece sino que evoluciona a su forma más denigrante, lastimando en el seno de las familias a todo lo que es indefenso, vulnerable.

Las cifras de los abusos son desafiantes, pero no revelan la realidad de lo que está ocurriendo a puertas cerradas en los hogares de México y de Zacatecas. En la mayoría de los casos no se conocen ni siquiera cuántas son las víctimas de agresiones dentro del hogar, precisamente, por la condición de aislamiento en que se encuentra la persona afectada.  

En  Zacatecas, el SEDIF a través del Centro de Atención a Víctimas de la Violencia (CAVIZ), a tan solo dos meses del inicio de la pandemia, atendió a 169 familias que requirieron auxilio ante la violencia sufrida. El organismo ha dado apoyo psicológico a los afectados, además de asesoría jurídica y laboral.

La Doctora Cristina Rodríguez de Tello, Presidenta Honoraria del SEDIF confirmó que las víctimas de violencia doméstica atendidas durante la pandemia por el CAVIZ, son mujeres en su mayoría, En muchos casos implica una afectación a nivel del núcleo familiar. En el Albergue del Centro permanecen aún cuatro familias en atención integral.

A nivel Nacional solamente durante el confinamiento, la Secretaría de Gobernación ha registrado un incremento del 120 por ciento en casos de violencia intrafamiliar. La Dependencia que ha comandado la coordinación de las acciones para desalentar la violencia en los hogares mexicanos, dice no tener una cifra exacta ante los abusos no denunciados.

La  Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, ha reconocido así, que es difícil establecer los datos de la violencia por la ‘no denuncia’ y por el aislamiento de las víctimas: “en México la cohabitación con los agresores inhibe la denuncia” admitió.

El Director del Consejo Ciudadano, Salvador Guerrero Chiprés, en reunión de evaluación con la Segob, advirtió que entre los casos denunciados, hay cifras lamentables.  Explicó que derivado de las llamadas de auxilio al 911, nueve de cada diez casos son de mujeres, y una de cada cuatro es testigo, es decir, habla por otras mujeres que son violentadas.  El 66% fue por violencia física y 22% por violencia psicoemocional.  

En materia de violencia doméstica, a nivel nacional hay una importante cantidad de reportes de mujeres que advierten que la violencia física se deriva también del consumo de alcohol, de la frustración sobre lo económico, laboral  y de la  incertidumbre ante la pandemia.

La Secretaria Sánchez Cordero dijo que la medida de aislamiento social significa un momento crucial (porque)  “un mes más en casa es todo un reto para todas las instituciones que tenemos la prioridad de la prevención de la violencia”.

 “Alrededor de 40% de las mujeres que llaman, indican que han sido objeto de signos de violencia desde hace mucho tiempo y la mitad de ellas expone que sufren violencia a diario, es decir, hay una violencia previa y hay una violencia conectada con la coyuntura actual”, añadió la funcionaria.

En noviembre de 2019, el INEGI habría emitido un informe donde advirtió que cuatro de cada diez mujeres (43.9%) ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o última, a lo largo de su relación.  “Sabemos también que los asesinatos en vivienda afectan más a mujeres que a hombres”, sentencia el documento.

Con datos disponibles del INEGI, se encontró que de 2000 a 2017, los homicidios en casa son significativamente mayores contra niñas, adolescentes y adultas mayores, quienes son asesinadas con más violencia y saña, a través de asfixia, uso de arma blanca, envenenamiento o el uso de fuerza corporal.

LA ONU ALZA LA VOZ

Antonio Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha llamado la atención de los gobiernos y organizaciones, para atender la violencia doméstica contra mujeres y niñas, acentuada por el confinamiento en casa.

Según la ONU, seis de cada diez asesinatos de mujeres en 2017, fueron perpetrados por sus parejas o miembros de la familia. El estudio del organismo internacional también revela que “el hogar es el lugar más probable para que una mujer sea asesinada”.

LA CRISIS ES MUNDIAL

China, España, Brasil, Ucrania, México y el mundo, las cifras de víctimas de la violencia son tan alarmantes como las de la pandemia, se cuentan por millones. La Agencia de Salud Sexual y Reproductiva de las Naciones Unidas (UNFPA) advirtió que si el confinamiento continúa, en los próximos seis meses se producirán 31 millones de casos de violencia doméstica en el mundo.

Tal como ocurrió con la Pandemia, las primeras alarmas de violencia doméstica derivadas del encierro por el Covid 19, las dio China.  Wan Fei, fundadora de la asociación “Lantianxia” (Bajo el cielo azul) con sede en aquel país, dio a conocer que durante el mes de febrero, se triplicaron los casos de violencia doméstica, respecto al mismo periodo del año pasado.

Las causas de la violencia en los hogares de China, según Lantianxia han sido debido al aumento de tensión en las familias, la precaria economía, los espacios reducidos en casa, la pérdida del empleo o bien el temor a perderlo. A nivel mundial las causas se han generalizado, los expertos opinan que la discriminación, la desigualdad y la falta de independencia económica, son los disparadores que están provocando mayor violencia en las familias confinadas.

MASCARILLA 19 Y LAS CAMPAÑAS DE AYUDA

Muchas son las instituciones que están actuando de manera coordinada para contener las agresiones en casa. Sin embargo subsiste la preocupación de que no todos los gobiernos hagan lo suficiente. Es latente también el temor de que las víctimas, ante la necesidad de contar con alimentos o un lugar para vivir, terminen asumiendo la violencia como normal o bien se resignen a ella.

En todo el mundo se han activado números de emergencia para la atención a víctimas de violencia. En México el 911 funciona en todo el país y hay números gratuitos de atención, que pueden ser marcados desde teléfonos públicos e  incluso desde celulares sin saldo. El DIF Estatal pone a disposición el   01800 8300 308  y el 492 922 06 74 así como las instalaciones del Caviz.

Las farmacias han integrado un frente común y están alertando a las víctimas de violencia, mujeres, niños, ancianos o cualquiera que esté en situación de riesgo para que den la alarma a través de una clave: Mascarilla 19. En este caso, acercándose a las farmacias, los empleados sabrán que la persona que pida o pregunte por este producto está solicitando ayuda.

El ayuntamiento de Zacatecas puso en marcha  la Unidad Especializada en Género “Mujer Segura”, patrullas rosas operadas por mujeres policías que intervendrán en la contención y prevención de la violencia. También puso en marcha el código denominado cubre boca N2000 clave que activa la alerta de auxilio para mujeres en dificultad.

En los Municipios SEDIF implementó la campaña “Albergue para Mujeres Víctimas de Violencia Intrafamiliar”. El Caviz ha atendido solicitudes de personas procedentes de Ojocaliente, Villanueva, Miguel Auza, Jalpa, Jiménez del Teúl, Luis Moya, Fresnillo, Loreto, Monte Escobedo, Pinos, Juan Aldama, Enrique Estada, Pánuco, Vetagrande, Trancoso, Valparaiso, Villa de Cos y Guadalupe.

Incontables también y no menos merecedores, el número de mascotas que están siendo abandonadas como causa de la pandemia, otra forma de violencia, ya que los arrojan a las calles o en el mejor de los casos los acercan “cínicamente” dice el Alcalde Ulises Mejía, al Centro de Atención Canina y Felina, donde la capacidad de albergar animalitos ha sido rebasada al 100 por ciento.

VIOLENCIA PREVIA

Como lo han advertido diferentes instancias en el país, la mayoría de los casos implicados tiene una violencia previa. Alguien no está haciendo bien la tarea. Se está convirtiendo en un problema de salud pública y derechos humanos, tan grave como el Covid 19.

En el 2011 con la coparticipación del Gobierno del Estado de Zacatecas y SEMUJER, el INEGI editó el compendio “Violencia contra las Mujeres en Zacatecas”. La publicación revela indicadores alarmantes, tiene como base la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, levantada por el INEGI del 3 de octubre al 11 de noviembre de 2011(ENDIREH 2011).

Los resultados de la encuesta sobre los tipos de violencia y los lugares donde se ejerce son amplios y precisos: desde el ámbito privado, público, comunitario, escolar y laboral. Según el INEGI La violencia afecta a mujeres casadas o unidas violentadas por su pareja,  mujeres alguna vez unidas violentadas por su ex pareja, mujeres solteras violentadas, mujeres de 60  años de edad con violencia familiar.

De las entrevistadas 340 mil 096 mujeres, casi la mitad 161 mil 645 han vivido algún episodio de maltrato o agresión en el transcurso de su vida. La violencia física ha sido desde una bofetada o empujones hasta lesiones que causan la muerte de la víctima. Las agresiones sexuales, sin lugar a dudas una de las prácticas más habituales de la violencia de género, y de las menos denunciadas.

Las mujeres en Zacatecas han sido objeto también de violencia  económica: “como un medio de dominación que entraña negar a las mujeres el acceso o control de los recursos monetarios básicos, el chantaje o manipulación económica, limitar su capacidad para trabajar, o apropiarse y despojarla de sus bienes”, detalla el informe del Instituto.

Cita asimismo a la violencia psicológica o emocional, como la más devastadora que la física: “consiste en todas aquellas formas insidiosas de tratar a la mujer con el fin de controlarla o aislarla, de negarle sus derechos y menoscabar su dignidad, tales como los insultos, menosprecios, intimidaciones, imposición de tareas serviles y limitaciones para comunicarse con amigos, conocidos y familiares”.

La mujeres con trabajo remunerado e independientes, no están excluidas de alguna forma de abuso: “las recluye al ámbito privado familiar, en donde ser una buena madre y esposa significa atender a los hijos, al hogar, al marido y estar disponible para cubrir las necesidades del grupo doméstico las 24 horas del día”

Sugiere el INEGI la necesidad de la distribución de las tareas y responsabilidades domésticas, (el contrario) “limita las oportunidades de desarrollo. Al interior de las familias se siguen reproduciendo roles muy definidos y marcados (en los que) los quehaceres domésticos les corresponden exclusivamente a ellas”.

En el caso de las personas mayores el pasar de un estado de independencia a otro de dependencia familiar, aumenta la probabilidad de maltrato  donde “mujeres de más de 60 años (son víctimas de violencia) ejercida por parte de los hijos, nietos, sobrinos u otras personas con quienes ellas conviven, en forma de agresiones emocionales, físicas, económicas, abandono y falta de apoyo”

VIOLENCIA SEVERA

Si todo lo anterior no fuera suficiente, los resultados de la Encuesta 2011 del Inegi arrojan que hay también otra forma de violencia más severa: mujeres a quienes su cónyuge ha amarrado, pateado, tratado de ahorcar o asfixiar, agredido con un cuchillo o navaja, disparado con un arma y obligado a tener relaciones sexuales usando la fuerza física; les ha quitado dinero o bienes”. Se incluyen también las que, como resultado de esta violencia, han tenido graves consecuencias físicas o psicológicas como operaciones, cortadas, quemaduras, pérdida de dientes, fracturas, abortos, partos prematuros, inmovilidad de al menos una parte de su cuerpo, fallecimiento de algún miembro del hogar, o que han necesitado recibir atención médica o psicológica. Con frecuencia la violencia de pareja es un delito insuficientemente documentado. Esto contribuye a su invisibilidad y permite que los agresores no sean castigados. Aunado a esto, las mujeres agredidas no tienen referentes para saber cómo reaccionar, para identificar hechos agresivos en su contra y así cortar el ciclo y la escalada de violencia.