Fundamental es, restablecer las instituciones democráticas como instrumento y vehículo de la soberanía popular. Prescindiendo de todo mesianismo ingenuo, las grandes dificultades que hay que superar son el subdesarrollo y la injusticia social.

Las reformas sociales tendientes a mejorar las condiciones de vida de la población son un elemento determinante de la consolidación de la democracia.

Apoyar hoy la democracia significa fundamentalmente reconocer la soberanía de un pueblo y respetar su apuesta por la libertad y no violencia. Dentro de este marco caben la crítica y la reivindicación social, pues ningún gobierno ni sistema es capaz de responder integralmente de las aspiraciones y necesidades humanas.

Muchas veces somos tentados por los mercaderes que ofertan paraísos bien terrenales. Debemos estar atentos a los descalabros provocativos por quienes desde los dos extremos del espectro político ofrecen recetas prefabricadas.