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CONFLUENCIAS

EDMUNDO ESCOBAR Y EL PERSONALISMO CRÍTICO DE LARROYO

Arturo Gutiérrez Luna Unidad de Estudios Jerezanos ezlumax39@gmail.com

Edmundo Escobar Francisco Larroyo y su personalismo crítico, México, Editorial Porrúa, 1970

Edmundo Escobar ha entregado al público una obra invaluable para el diagnóstico del pensamiento del ilustre filósofo jerezano. Ante todo se trata de una pieza de discusión y disentimiento. En primer lugar hay que decir que es un análisis completo y exhaustivo sobre los tópicos abordados por el pensador jerezano.

En segundo, que se trata de una pieza enfocada en la sistematización de un estudio del total de la obra de Larroyo. En tercero, habrá que destacar la divulgación de pasajes clave de la vida del filósofo jerezano. Resulta indispensable dar testimonio de que el autor sugiere que la vida de Francisco Larroyo se explica a partir de sus obras.

Es un libro cuyo recuento acontece mediante la valoración de esos libros. Escobar hace hincapié en proponer un recorrido crítico por el quehacer intelectual del filósofo jerezano, abonando en el estudio de su pensamiento filosófico. Es muy interesante la estructuración que el autor se propone con tal de dar cuenta de la obra de Francisco Larroyo.

Principalmente, en este libro se atiende a la reflexión y la discusión del personalismo crítico del ilustre filósofo jerezano que nos ocupa. Paulatinamente, el lector accede en sus páginas al desbrozamiento del pensamiento larroyano hasta encontrarse con sus implicaciones principales. Singularmente, hace acceder a sus lectores a la iniciación del pensar.

En este contexto, entretanto que trabaja, Larroyo constituye un retrato del hombre de los papeles. Representa al intelectual que concita a la conversación con el interés de compartir percepciones, posibles interpretaciones. Lo vemos dubitativo, inquiriendo, pensando. Reflexiona a propósito de las lecturas. Piensa en relación con las ideas, su historia y su anclaje con los tiempos revueltos. Hombre afincado en la sospecha, aparece frente a papeles, revistas, periódicos y libros como el intelectual comprometido con su circunstancia, que se propone cambiarla, incidir en ella, todo con tal de incidir en ella. Pliegos, apuntes, anotaciones de todo tipo pergeñadas con nerviosismo y dinámica astucia actualizada a cada tanto de obra en obra.

El quehacer reflexivo de Larroyo resulta una experiencia de inmersión en el método dubitativo, en la anotación que aclara, en la pista que llega a iluminar. El del pensador jerezano constituye un trabajo intelectual dispuesto a conquistar el resplandor de quien expone para aclarar. El mérito de esta obra radica en la escrupulosidad con la que aborda el sistema reflexivo de Larroyo y el rigor con el cual atiende la explicación de los aspectos que aparentemente son irrelevantes, pero que una revisión más cuidadosa permite advertir que no lo son.

La estructura

Hemos de agradecer a su autor el abordaje analítico panorámico y al mismo tiempo pormenorizado del pensamiento Larroyano. Asimismo, en este libro, ha de destacarse que está compuesto de cinco secciones que se enfocan en revisar sucesivas etapas fundamentales de la producción del intelectual. Con este libro asistimos a una pieza organizada afortunadamente para la reflexión. Se trata de una obra que se propone revisar el conjunto del pensar de Larroyo, debido a lo cual hemos de reconocer su carácter exhaustivo. Es escrupulosa en el tratamiento de los tópicos abordados por el filósofo jerezano en sus obras. Lección aprendida de Larroyo, según la cual el texto se estructura para responder a la explicación, para desarrollar una idea, para reflexionarla y, no obstante, que el flujo argumental sea tanto incesante como estimulante1 . Los papeles del jerezano ilustre subsisten gracias al despliegue de tal veta analítica. En ese sentido, destaca que se trata de un prioritario despliegue del discurso argumental a pesar nuestro, a pesar de todo.

La critica que honra

Llama la atención en esta obra de análisis la sección que propone una evaluación de la crítica a Larroyo. La revisión de la producción del filósofo jerezano ofrece el análisis desde el respeto de su producción. Coinciden en la formulación de una crítica que se enfoca en la revisión que honra. Hay un quehacer analítico desplegado a propósito del total de sus obras y con un fuerte énfasis en su aporte a la historia de las ideas.

Neokantismo

La figura de Larroyo se identifica con un intelectual comprometido con el acceso a las ideas, su divulgación y ulterior debate Las palabras del gran historiador de la filosofía mexicana, Leopoldo Zea apuntan a valorar el liderazgo de Larroyo y su valiosa obra original:

De los directores y precursores del neokantismo en México, Francisco Larroyo es el que hasta la fecha ha mostrado mayor originalidad y actividad, tanto en sus ya citadas obras polémicas, como en diversas publicaciones en las que se expone su interpretación de la Escuela así como su adaptación a los problemas propios de México2.

De acuerdo con esta apreciación, el filósofo jerezano es recordado como un gran pensador cuyos méritos intelectuales lo colocaron a la cabeza de la cruzada cultural que supuso el Círculo de amigos neokantianos, el cual fundó y alentó bajo su dirección. A ese respecto, es necesario resaltar una cuestión sumamente importante.

Según Zea, Larroyo destaca como un creador de una obra original y poderosa, a loa cual habría que añadir que la amplitud temática de sus discusiones, no merma la pureza de sus reflexiones escrupulosas. Al contrario, el filósofo jerezano se muestra como un arduo artífice de la obra profunda, no obstante la diversidad temática convocada en sus páginas.

1 ¿Hay un método Larroyano que alienta la reflexión de Edmundo Escobar? Muy probablemente así sea. Al respecto, es posible advertir semejanzas estimulantes del primero en el segundo. Ese método sin duda se perfila de acuerdo con la rigurosidad de la investigación, responde a criterios de orden retórico, y, a fin de cuentas, suele expresarse como conversación que propicie el diálogo y el debate. De tal modo que resulta una escritura que va más allá de la simple explicación de las cosas para constituirse en discusión documentada y con fundamento en un cuerpo racional y en evidencias. 2 Leopoldo Zea, La filosofía en México, Biblioteca Mínima Mexicana, 1955, p. 102 y ss.