“SI QUEREMOS PAZ HAY QUE TRABAJAR POR LA PAZ”, PIDE MONSEÑOR.

Irene Escobedo López

El Obispo de Zacatecas Don Sigifredo Noriega Barceló, celebró la misa por la paz de Zacatecas. Desde el Santuario de Plateros pidió a los sacerdotes realizar no solo la oración litúrgica y devocional sino acciones concretas “para panear este tejido social que parece que está enfermo”.

El llamado fue a intensificar el trabajo, para que toda la catequesis que se imparta sea para sembrar, cultivar la paz. Desde el Santuario del Santo Niño de Atocha, el tercero más importante del país, (solo la Basílica de Guadalupe en la CDMX y la iglesia de San Juan de los Lagos en Jalisco le aventajan) enclavado en el municipio de Fresnillo y que junto con la ciudad de Zacatecas es una de las ciudades con los más altos índices de inseguridad en México y donde el 97.1 por ciento de sus habitantes viven con miedo al ser epicentro de homicidios y enfrentamientos, el obispo pidió “que, desde aquí (el Santuario) salgamos a construir la paz”.

Fue el pasado primero de septiembre cuando el presbiterio zacatecano celebró la Santa Eucaristía con la intención especial de pedir por la paz de Zacatecas. “Venimos orando por la paz, unidos al pueblo cristiano, al pueblo de México (pues) tenemos una enorme responsabilidad en la construcción de la paz”, dijo el Obispo ante cientos de fieles y peregrinos reunidos en Plateros donde se ubica este templo considerado uno de los tesoros del Patrimonio Cultural del Mundo.

“A este Santuario venimos pura gente necesitada”, reflexionó Monseñor ante la imagen del Santo Niño de Atocha, venerada cada año por casi 2 millones de peregrinos.

“Yo quisiera que el santuario fuera no solamente un lugar santo, sino un lugar donde construimos la paz tan urgida en nuestros días, tan urgida en nuestros ambientes”.

Durante la celebración, Monseñor advirtió que la paz es el gran reto que la diócesis trae entre manos y anunció que la Iglesia habrá de contribuir de manera intensiva durante los últimos cuatro meses del año, en la construcción de un estado pacífico a través de tres ejes:

La palabra de Dios escuchada, discernida; los Sacramentos y los santuarios para celebrar la Eucaristía, la reconciliación y la unción de los enfermos y por último a través de la caridad como vivencia para la construcción de la paz.

El llamado del Obispo de la Diócesis de Zacatecas fue entonces para los sacerdotes para que desde las parroquias, comunidades y hogares toda la catequesis que se imparta se enfoque en la construcción de la paz, con cercanía y compasión: “la caridad como peregrina de la paz, (para) abrazar al hermano herido, desesperado, indignado, al caminante que ha perdido la esperanza, la ilusión de la vida”.

Respecto a la inseguridad que se vive Zacatecas dijo que pareciera que ya no hay remedio, pero, sí hay remedio enfatizó y comento que los sacerdotes deben de recordar que son trabajadores por la paz “siembren paz, cultiven paz.

La paz empieza en el corazón, hay que sembrarla en el corazón de las personas que vamos a escuchar”. Asimismo, pidió a los religiosos que el saludo litúrgico se convierta en un bueno día de la paz:

“Dios te de la paz”. Durante la Eucaristía el Obispo de Zacatecas tomó protesta al nuevo rector del Santuario de Plateros el presbítero José De Jesús López Acosta quien además recibió el nombramiento respectivo al igual que los auxiliares parroquiales, los sacerdotes José de Jesús Lozano García y Miguel Ángel Miramontes de la Cruz, todos recientemente designados por el gobierno eclesiástico para estar al frente de la parroquia en Plateros.

Tanto el Rector como los nuevos auxiliares del Santuario, quienes habrán de desempeñar su responsabilidad por el tiempo necesario, recibieron indicaciones del obispo para que además de recibir y atender a los peregrinos, tengan en cuenta a la comunidad local de plateros, pero además les pidió llegar con actitudes renovadas, visión clara y acciones pastorales creativas, audaces y articuladas, pues “tiempos nuevos exigen nuevas respuestas”.

Monseñor Sigifredo Noriega Barceló agradeció finalmente la labor del padre Antonio Soto Guerrero quien ocupó el cargo de rector del Santuario de Plateros desde 2019, lapso difícil para el Santuario, toda vez que permaneció cerrado durante la pandemia.

El padre Soto anteriormente fungió como secretario particular del extinto Cardenal Javier Lozano Barragán en el Vaticano. Por ahora, una vez superada la pandemia, el obispo ha pedido que la dinámica del Santuario sea diferente: “Nuestro santuario diocesano requiere de una actitud continua, apertura y generosidad para mostrar a los peregrinos el rostro misericordioso de Dios”, expresó.