El narcotráfico y la violencia forman parte importante de la economía nacional en México y se han convertido en un «capital criminal» que no debe ser combatido, según afirmó Margarita González Hernández, investigadora de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas.

González Hernández explicó que la producción y el trasiego de drogas, así como la violencia, están enraizados en todo el proceso económico y en el proceso de acumulación de capital. Bajo esta lógica, la producción ilegal de mercancías se trata de un capital que busca nuevos espacios de inversión para generar ganancias.

La investigadora señaló que el «capital criminal» necesita generar ganancias constantemente, de lo contrario, desaparecería. Por lo tanto, los discursos gubernamentales, institucionales y mediáticos se centran únicamente en la etapa de distribución de drogas, sin abordar todo el proceso de producción, comercialización, venta y consumo.

Según González Hernández, es necesario superar términos como narcotráfico y evitar personalizar la criminalidad en ciertos personajes o cárteles, ya que se trata de una relación social basada en la generación de ganancias.

Además, destacó que la violencia y el narcotráfico no sólo están presentes en la economía nacional, sino que también tienen implicaciones a nivel internacional en el «capital criminal».

El problema radica en que este «capital criminal» se asocia con la extrema violencia, ya que en muchos casos implica el despojo de territorios o la imposición de ciertas políticas en las comunidades. A diferencia del capital convencional, que invierte en comercio e industria, el «capital criminal» recurre a la violencia como medio para expandirse.

La investigadora comentó que la «economía criminal» está en aumento debido a las ganancias extraordinarias y al deterioro de las condiciones sociales asociadas al capitalismo y al neoliberalismo.

González Hernández destacó que en el capitalismo, para que unos sean ricos, otros deben ser pobres y vender su fuerza de trabajo. El capitalismo implica desigualdad social, pero en la época neoliberal, estas contradicciones y desigualdades son aún más profundas.

En este contexto, la investigadora indicó que el «capital criminal» se inserta en la cadena de valor del ciclo económico del capitalismo, con producción de mercancías, distribución, comercialización y consumo que generan ganancias reinvertidas. Por lo tanto, no es posible abordar este fenómeno dentro del modelo económico imperante.

Es necesario replantear el enfoque y buscar alternativas que aborden las raíces económicas y sociales de esta problemática, con el objetivo de generar un cambio real y sostenible en la sociedad.