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ADIÓS A NUESTRO LECTOR MÁS FIEL

Ricardo Evodio Cabral Vera

Quizá el ingeniero Antonio González Berumen, haya sido el lector más fiel que tuvo el semanario Diálogo, al menos de los que yo tuve conocimiento, durante la época en que formé aparte de este medio. El asunto quizá se justifique en que era nada más y nada menos que el hermano migrante de nuestro director.

Alguna ocasión me tocó llevar al correo el paquete registrado, con destino a Chicago, un rollo con cierta cantidad de ejemplares, que Gilberto preparaba con dedicación y que incluso personalmente se encargaba de llevar a la oficina postal, salvo alguna o dos veces que por motivos de trabajo me encargó a mi hacerlo, pero creo que para él, era como sentirse más cerca de su estimado hermano. Recuerdo varias de sus visitas a Jerez, siempre atento a su señora madre doña Pachita Berumen, procuraba venir con la mayor frecuencia posible a su tierra y una vez que ella faltó, siguió haciéndose presente con regularidad.

Con esa sencillez que era su característica, tuve oportunidad de sostener con él largas charlas, en la oficina que tenía asignada como sala de redacción, en las carnes asadas de la familia o incluso cuando nos encontrábamos en la calle.

Así, se dio la ocasión de constatar lo que Gil me comentaba, que su hermano recibía los periódicos y los leía de principio a fin, incluyendo los anuncios y todas las secciones; disfrutaba de las noticias de Jerez, aun y cuando le llegaran con semanas de retraso; varias veces me recordó respecto de alguna nota relevante o reportaje y, efectivamente, leía absolutamente todo.

Un día decidió retornar a su tierra, donde vivió por un tiempo breve y luego emigró a San Luis Potosí, donde pasó los últimos años de sus vida, ahí en la ciudad que adoptó a varios miembros de su familia paterna; en ese lapso le tocó despedir a su muy querido hermano Juventino, al que seguramente hoy abraza nuevamente.

Con tristeza recibimos la noticia sobre la partida de este profesionista y exitoso migrante jerezano, que no obstante haber estado la mayor parte de su vida fuera de su patria chica, permanece en el recuerdo de varios amigos de época y en el corazón de los suyos.

Descanse en paz, abrazo solidario a César, a Gilberto y toda la gran familia que tiene su origen en el gran cimiento que estructuraron el maestro Antonio González Márquez y su esposa Pachita Berumen Velasco y que hoy con tristeza despiden a otro de sus miembros.