Irene Escobedo López

El Gobierno del Estado ha entrado ya en su etapa de preparación de la entrega recepción de la administración. No son pocos los funcionarios de confianza que se quedaron en espera de su basificación, con el anhelo de haber recibido una plaza. Ahora tendrán que emprender el camino de regreso a casa con osito en mano. Lo mismo está sucediendo en las oficinas del CDE del PRI, donde ya se ha reincorporado a casi todo el personal al que se le dispenso la presencia laboral debido a la pandemia y pronto comenzarán a hacer cuentas para proceder a la liquidación respectiva de aquellos a quienes les corresponda. Se tendrán que ir casi todos. El partido difícilmente podrá cubrir la nómina y pronto el Revolucionario Institucional no tendrá dinero ni para la luz. Mientras tanto en Ciudad Gobierno tardíamente se comenzó con la integración de lo que será el último informe de trabajo del Gobernador Alejandro Tello. A marchas forzadas, pero se tendrá listo el documento que para los zacatecanos de a pie, no representa más que un mero protocolo de rutina y pocas realidades positivas. Esperamos y el tono del mensaje sea mesurado y aterrice en la realidad, y que el ejecutivo al menos apueste por borrar la imagen demagógica y la distancia tan enorme que marco su discurso de llegada, con la realidad que se vivió durante su gobierno. A estas alturas sería inadmisible el triunfalismo después de un quinquenio en el que Zacatecas sigue siendo la entidad de las desigualdades, la inseguridad, el desempleo y la sobre abundante pobreza.