– Surge el desencanto por ser este gobierno no tan diferente

Cuando inició la administración de Alejandro Tello, los zacatecanos en general abrigaban cierta esperanza sobre el desempeño que tendía el nuevo gobierno, principalmente, el ciudadano común pensó que se investigarían todas las corruptelas que a lo largo de su sexenio estuvo propiciando Miguel Alonso con algunos miembros de su gabinete y familiares muy cercanos.

Hubo incontables actos de corrupción, desde la realización de eventos conmemorativos reportando gastos exageradamente altos sin serlo, construcción de obras igual de costosas porque había que dar hasta 20 o 25 por ciento a quien las “licitaba” para obtener el contrato; siendo el principal gestor de estos jugosos negocios el hermano del exgobernador y todo mundo lo sabía, menos las autoridades encargadas de vigilar la correcta aplicación de los recursos, obviamente porque recibían también su rebanada del enorme pastel que en esos seis años se estuvieron repartiendo.

Y cuando llegó Tello con promesas de investigar a fondo y canalizar a instancias correspondientes los resultados de dichas indagatorias, la ciudadanía pensó en que al fin recibirían su castigo los corruptos, pero no, fueron premiados por Peña Nieto otorgándoles cargos en su gabinete, para que sigan “trabajando” por el pueblo.

El desencanto con este gobierno diferente se ha ido dando, al resurgir las elevadas cifras que debemos pagar por obras como el parque Centenario que según Miguel Alonso entregaría terminado antes de irse, el cual se dejó inconcluso y con el deterioro se tendrán que invertir otros 90 millones de pesos adicionales como mínimo, ya que la edificación del Centro Cultural presenta varias irregularidades que costará mucho para ponerse en condiciones de uso, además de los acabados en otras áreas; calculándose que finalmente tendría un costo mayor a los cuatrocientos millones de pesos, en una obra que para nada era prioritaria.

En estos días surgió también la obra de construcción del Periférico Centenario, que está prácticamente detenida y cuando se inició en diciembre de 2015 se informó sobre una inversión de 220 millones, en los 5 kilómetros de trayecto, luego Francisco Ibargüengoytia Borrego, señaló que desde un principio se proyectó con un costo de 260 millones, pero con los ajustes en ciertos aspectos, finalmente costará 335.

Cuando Tello nombró a sus colaboradores cercanos, muchos nos sorprendimos de la ratificación en Sinfra de Ibargüengoytia Borrego, dado que las sucias maniobras del sexenio pasado fueron registradas precisamente en torno a obras públicas, además porque había consultado supuestamente a constructores, colegios de ingenieros y arquitectos para que fueran ellos quienes nombraran a la persona más adecuada.

No hay dudas sobre la capacidad del titular de la Secretaría de Infraestructura, pero la incertidumbre se dio por ser el mismo que tuvo Miguel Alonso; y volviendo a cifras, el multicitado Periférico Centenario ahora costará a los zacatecanos 67 millones de pesos por kilómetro, una obra que inició a capricho del exgobernante y su hermano, tal vez para llevarse los últimos millones por su comisión y dejar a su sucesor el compromiso de terminarlo, heredándole además a su amigo Francisco Ibargüengoytia Borrego, que ahora es uno de los hombres de confianza de Alejandro Tello, lo cual no hace a este gobierno tan diferente, según la óptica que la mayoría de los zacatecanos percibe.