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VOTAR, UN EJERCICIO DE LA LIBERTAD

Jaime Santoyo Castro

Uno de los postulados de la revolución lo fue el sufragio efectivo y la no
reelección, y al triunfo de ésta, ese anhelo quedó consagrado en la Constitución de la República como un derecho humano, fundamental de los ciudadanos y un pilar básico de la democracia.

Los ciudadanos tenemos la oportunidad de expresar nuestra voluntad y participar activamente en la toma de decisiones políticas a través del voto.

Es un ejercicio de libertad que nos permite elegir a nuestros representantes y contribuir al desarrollo del país.

Al emitir nuestro voto, le otorgamos a quienes elegimos, un poder para decidir en nuestro nombre, dándole voz a nuestras aspiraciones, intereses y preocupaciones.

Es a través del voto como podemos influir en el rumbo de la nación y promover los cambios que queremos instalar.

El voto sirve como mecanismo de rendición de cuentas, pues quienes tienen el poder, o aspiran a detentarlo, requieren del apoyo de los votantes para retenerlo, o lograrlo, y deben estar dispuestos a cumplir los compromisos hechos en sus campañas y si no cumplen, el electorado puede negarles el voto en la siguiente elección, tanto al candidato como a su partido. Los Partidos deben estar pendientes de la actuación de quienes con su camiseta escalaron al poder y los militantes deben exigir al que está fallando y a sus dirigencias, que reorienten sus acciones, so pena de perder el poder.

En la democracia pierde el que falla, el que engaña, el que manipula, el corrupto, el incumplido y el que traiciona y el incapaz, pues el pueblo le retira la confianza.

Recordemos que el ciudadano califica tanto al candidato como al Partido que lo postula. Si hay un buen candidato, con un mal partido, o viceversa, el voto se manifestará en contra.

El voto es asimismo un símbolo de equidad y justicia, porque tiene igual valor, independientemente de la posición económica, género, raza, religión u orientación sexual de los ciudadanos; es decir; cada votante posee la misma oportunidad de ser escuchado e influir en el proceso político. Así, el voto nos permite superar las barreras sociales y propicia la construcción de una sociedad más inclusiva.

Pero el voto también implica responsabilidad, pues no se trata sólo de elegir a nuestros gobernantes, sino de hacerlo con plena conciencia de cuáles son las necesidades sociales y las propuestas de los candidatos. Conocer y analizar las plataformas políticas y evaluar la experiencia, capacidad, responsabilidad, honestidad, trayectoria y seriedad del aspirante. Votar sin saber, sin conocer las características de quien pide el voto, o peor aún, por recibir algún beneficio personal, o por miedo, es una irresponsabilidad que debilita nuestra democracia.

Debo decir que es una lástima que teniendo a la mano la posibilidad de votar, muchos ciudadanos no hacen uso de ese formidable mecanismo que nos ofrece la ley y la democracia; quizá por decepción al sentir que se han equivocado en procesos anteriores, o porque se sienten traicionados por quienes no han cumplido compromisos, o por la enorme corrupción que se manifiesta en el desempeño de los cargos públicos, o simplemente porque no les interesa, no les llama la atención participar y sólo critican.

Finalmente, el proceso electoral debe ser transparente y justo. La gente debe tener la seguridad y la confianza de que su voto será respetado y eso se logra con una normatividad adecuada, blindando a las instituciones responsables del proceso, de todo tipo de manipulación y corrupción, para garantizar la imparcialidad. Concluimos precisando que el voto es el ejercicio de la libertad.