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Un Hondo Canto Ancestral

Amparo Berumen

Con el Maestro Sergio Cárdenas (una zacatecana honrando a Tamaulipas y un tamaulipeco honrando a Zacatecas).
Teatro Hinojosa, Jerez, Zacatecas; febrero de 2011.

Jerez es el Pueblo Mágico de Zacatecas. Pueblo mágico de mi pertenencia que seduce a los visitantes. Pueblo de vida sencilla que sabe reír y reírse. Aquí el blanco de sus calles no es un color, sino una forma de ser, una forma de armonía, un acuerdo. Es el blanco de la irradiación y de la exactitud. Y las hermosas construcciones de cantera recreadas bajo este cielo azulísimo, son cuestión de respeto, de cosa rebuscada añeja y entrañable. Estas calles con sus balcones acristalados guardan secretos y la huella de los abuelos. Una edificación sobresaliente es el Santuario con sus torres vigías y el tañer de las campanas llamando a misa. También el antiguo Teatro Hinojosa de luces tenues y sombras amables, y el suntuoso Edificio De la Torre.

Este pueblo ha sido a una misma vez actor y espectador, porque no permaneció nunca ajeno a las expresiones estéticas. Como Instituto de Ciencias –1832– donde se impartieron las cátedras de Latín, Bellas Artes, Francés, Lógica, Geografía y Jurisprudencia, nació aquí la Universidad Autónoma de Zacatecas. Sin embargo, para los moradores y quienes nacimos en este suelo, el más hondo orgullo está en ser la ciudad de nacimiento del bardo Ramón López Velarde, del músico Candelario Huízar, y del entrañable “Tata Pachito” don Francisco García Salinas. Convertida en museo, la casa velardeana es un lugar de interés para el turista, y en el jardín más importante de la ciudad se yerguen los bustos de estos hombres ilustres, sin olvidar que diversas escuelas han sido bautizadas con sus nombres.

Pero no es quizá el momento de seguir hablando de ello, sino de comentar lo vivido con emoción durante la Segunda Edición de SURCO, festival instituido aquí a iniciativa de un tamaulipeco, el Maestro Sergio Cárdenas, con el fin de propiciar el amor del pueblo mexicano por la música más sublime. Diez días de conmemoración que culminan con el concierto de clausura, a cargo de la Orquesta Filarmónica de Zacatecas. Pero escuchemos al entrañable tamaulipeco:   

“Como una manifestación que refrenda el compromiso con el espíritu, con nuestro acervo emocional, con la conciencia del legado de nuestros creadores sonoros, y aún con el deleitarse en la abundante y variada música mexicana de concierto, llegamos  a la segunda edición de SURCO Jornadas Nacionales Candelario Huízar de la Música Mexicana de Concierto.

“Confieso haber vivido hace un año, en el transcurso de la primera edición, una excitación constante y tonificante, no sólo por el renovado encuentro con varias obras musicales de nuestros creadores más connotados, sino, de igual manera, por la magnífica oportunidad de descubrir otras que, desde mi convicción, corroboraron las bondades de estas Jornadas.

“Más contundente aún que esas vivencias lo fue la espléndida acogida que esta oferta artística tuvo de parte de los jerezanos y de otros zacatecanos (oriundos o avecindados) que viajaron hasta el hermoso Teatro Hinojosa al encuentro con la música que refleja el canto de nuestra tierra: los asistentes a los conciertos ofrecidos el año pasado dieron fe de que viven y asumen la música mexicana de concierto; se manifestaron, digamos, como militantes de ella.

“Fuente de inspiración de estos fenómenos es un jerezano cuya figura se yergue como paradigma: Candelario Huízar, cuyo legado fue reconocido por Silvestre Revueltas como la manifestación de un “hondo canto ancestral”. En efecto, la obra huizariana nos arroba por su dimensión cósmica, por esa consumada expresión orgullosa del espíritu mexicano, el de ahora y el de siempre. En la programación de esta segunda edición de SURCO, tendremos oportunidad de dar testimonio de ello: mientras la “Suite Antigua”  respira candor y pureza provincial a través de la apropiación de formas musicales muy comunes en la Europa del Siglo XVIII (Minueto, Gavota), el poema sinfónico “Imágenes”, con su deslumbrante manejo del aparato orquestal, nos muestra a un Huízar  que comunica cuán entrañable le era su ciudad natal (con ese grandioso final evocador de la tradicional cabalgata jerezana) y, por su parte, “Oxpaniztli“ (Sinfonía No. 2) documenta la relación emocional de nuestro héroe con las poderosas culturas prehispánicas de México, captando de manera magistral su algarabía y sensibilidad, su sonoridad abierta y compacta, su cantabilidad y danza orgánicas, efectos todos que confirman a Huízar como un creador mexicano público, es decir, con el pueblo como su razón de ser, origen y destino.

“Otro baluarte de la composición musical mexicana ocupará un lugar importante en la programación de SURCO en 2011: el jalisciense Manuel Enríquez (1926–1994), quien en el presente año habría alcanzado su 85 aniversario. Gran admirador de la obra huizariana, Enríquez tiene varios puentes comunicantes con esa obra: su acendrado nacionalismo no panfletario, su magistral manejo del aparato orquestal, el poderío del contenido musical de su obra, su amor por las expresiones musicales más populares de México. Como Huízar, Enríquez es un creador mexicano público, asumiendo ora de forma crítica o de manera desafiante, su fe en la patria.

“Además de algunas piezas de estreno mundial, merece destacarse la oportunidad que se ha dado a jóvenes talentos musicales de México para que se presenten en SURCO, sea como creadores que como exponentes del desarrollo alcanzado. Es, en efecto, emocionante, el atestiguar cómo estos jóvenes, con su entrega al arte supremo, con su pasión por México, son asimismo fuente de inspiración para el desarrollo riguroso, convincente y competitivo que exige el arte mexicano”.            

ENVÍO: Estas recordaciones, a una Década de la Segunda Edición de SURCO, Jornadas Nacionales Candelario Huízar de la Música Mexicana de Concierto, celebradas en el Teatro Hinojosa de Jerez.

amparo.gberumen@gmail.com