Irene Escobedo López

Ya se advirtió desde Palacio Nacional ‘que se organicen los padres de familia y maestros’ porque se regresa a clases de manera presencial y general. De esta decisión, tomada (justifican) ‘por el bien de niños y jóvenes estudiantes’ se derivará una responsabilidad por la que el Gobierno Federal tendrá que responder ante los mexicanos.

Es irresponsable no solo no tomar en cuenta la opinión de los gobernadores sino apresurar una acción que no garantiza la salud del pueblo de México por la movilidad que implica -en las propias instituciones, transporte público y hasta en la proliferación del ambulantaje cotidiano en días de escuela-. Además en las escuelas no hay agua, y en las que si tienen no es suficiente. Ni siquiera las preparatorias de la UAZ para no ir más lejos, se precian de poder satisfacer la demanda para lavado de manos y sanitarios, imagine lo que sucedería en el medio rural.

De la vacuna para los docentes -CansinoBio- no está dicho que pueda ser efectiva contra las nuevas cepas y sigue en estudio la aplicación de la segunda dosis por su baja efectividad garantizada solamente a seis meses.
Obstinado como se revela continuamente, el Presidente no cambiará su postura ni escuchará a nadie. Tendremos que exigir -correspondiendo a su estilo- que ofrezca sus disculpas al pueblo de México por los agravios que de la terquedad se deriven, si persiste.