Navegar / buscar

Padrón estatal de beneficiarios del Instituto para la Atención e Inclusión de Personas con Discapacidad

Enfocándose en niños y niñas en este mes de abril

El 30 de abril próximo, estaremos celebrando el Día de las Niñas y los Niños en México, fecha instituida por el Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, en 1924, para exhortar a las instituciones a fomentar la fraternidad y la comprensión entre esta población, así como a desarrollar actividades para la promoción de su bienestar y de sus derechos.

Con este propósito, el Instituto para la Atención e Inclusión de las Personas con Discapacidad dedica este Tercer Boletín Estadístico Mensual, para presentar algunas de las estadísticas más relevantes concentradas en el Padrón Estatal de Beneficiarios de este organismo.

A la fecha, este Padrón tiene en sus registros 2 mil 243 expedientes de infantes de 0 a 11 años, lo que representa apenas el 5.4 por ciento del registro total que es de 41 mil 650 expedientes de personas con discapacidad; de ellos mil 264 son niños y 979 niñas.

De acuerdo a los tipos de discapacidad, el Padrón de Beneficiarios de este instituto registró que 811 niñas y niños, presentan alguna deficiencia motriz; mil 130, intelectual y 302 menores, alguna discapacidad sensorial; es decir, son ciegos y/o sordos.

En cuanto a las causas discapacitantes en estos más de 2 mil menores de once años, debemos destacar que mil 943 niñas y niños adquirieron su discapacidad de manera congénita o al momento de nacer; 39 fue por algún accidente; 162 debido a alguna enfermedad y el resto no sabe o desconoce el origen de la deficiencia física, mental o sensorial.

Si desagregamos estos datos por el tipo de escolaridad, tenemos que, del total de infantes con discapacidad de 0 a 11 años, 845 se encuentran incorporados a un grado de primaria; 382 infantes están inscritos en preescolar; 246 los localizamos en alguna escuela de educación especial o de rehabilitación y 766 no se encuentran recibiendo alguna instrucción educativa o de rehabilitación.

El desarrollo e inclusión social de las y los niños con discapacidad puede rendir mayores frutos cuando su atención comienza desde temprana edad; es decir, las oportunidades educativas y una adecuada rehabilitación a tiempo para nuestros infantes, sin duda alguna será el camino idóneo para que su futuro profesional y laboral sea un caso de éxito.