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NO METER LAS NARICES DONDE NO NOS LLAMAN

Irene Escobedo López

Comienzo citando las palabras de Papa Francisco en la audiencia general del pasado miércoles: ”Cuantas matanzas en México.

Estoy cercano con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”.

Fue el mensaje de solidaridad que para los católicos en México emitió el pontífice a propósito de los homicidios de dos sacerdotes jesuitas en territorio tarahumara. Con el discurso del papa, el presidente de México se acomodó rápidamente y se sintió respaldado en sus propósitos de erradicar la violencia con abrazos y no balazos.

Pero en qué parte del discurso papal dice que el estado de derecho no debe prevalecer sobre la injusticia. Tampoco es que el papa esté incitando a hacer uso de la fuerza del estado.

Quienes escucharon el mensaje completo, saben que el del papa también fue un llamado a no meter las narices donde no nos llaman y un exhorto para hacer todos un análisis de conciencia pero además y la prensa internacional lo califica así- es un mensaje de consternación y no de complicidad con ninguna estrategia gubernamental, porque el papa es un aliado pero de la paz y de la justicia.

Y como lo dijo alguna vez el extinto cardenal Javier Lozano Barragán la justicia solo se conquista con paz y orden.