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Navidad para reflexionar

Jaime Santoyo Castro

Indudablemente la más grande celebración que ha instituido la humanidad es la fiesta de la navidad, para recordar lo que fue el nacimiento del niño Jesús en el seno de una familia con muchas carencias y en circunstancias verdaderamente adversas, nacimiento que constituyó todo un hito en la vida de los pueblos de la tierra, con un gran impacto en lo familiar, en lo social, en lo económico, en lo cultural y hasta en lo político. La navidad ha dado cauce a grandes treguas entre países y regiones confrontadas.

La palabra navidad viene del latín nativitas, que significa nacimiento; el inicio de la vida. Sin duda alguna, el nacimiento de un nuevo ser es un acontecimiento que nos provoca alegría y felicidad, y por ello, al recién nacido lo rodeamos de amor, de protección, de cuidado, y lo guiamos y lo educamos para que aprenda a vivir en sociedad y hasta hemos construido un enorme entramado de normas de conducta para propiciar la vida en armonía, y para procurar que logremos la felicidad, la salud, la seguridad, y obtengamos satisfactores. Hemos construido todo un sistema de conducción  social y política cediendo parte de nuestro libre albedrío a los órganos de gobierno para que éstos nos conduzcan a lograr el objetivo social, que es proteger la vida y propiciar la paz, la armonía, el desarrollo, y la felicidad, a través de las instituciones y programas de gobierno.

Celebramos la vida, en medio de las circunstancias de cada quien; y eso significa darle valor a la vida nuestra y a la de los demás, lo que se observa en nuestra legislación, orientada a proteger la vida y a sancionar a quien atenta contra ella y nos sorprende y entristece cuando alguien, cercano o no, la pierde.

La vida entonces, es toda una celebración; el mayor valor que poseemos, más allá de conceptos patrimonialistas; todo un valor que nos induce a vivir en paz con los demás; a cuidarnos y cuidar a los demás, convivir en armonía, en comunicación, en solidaridad, y apoyo mutuo. Ese es el sentido de la vida y por eso la navidad es una oportunidad cíclica para reorientar rumbos, acciones, políticas y decisiones. Es una oportunidad para unirnos, para no ofendernos, para ayudarnos, para eliminar odios y divisiones, para atenuar nuestras diferencias, para proteger la dignidad y construir todos juntos. ¡Feliz navidad!