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¡MEJOR HAY QUE HABLAR AL TIRO!

Jaime Santoyo Castro

El poder y la honestidad muy rara vez coinciden, afirmó el periodista norteamericano Hunter S. Thompson en tono de reclamo ante la divergencia que existe entre la realidad y el discurso político y hoy esta afirmación se la podemos recordar con toda confianza a Alejandro Moreno, quien infortunadamente es aún dirigente del PRI, porque lejos de reconocer el rotundo fracaso de su gestión al frente del partido, oculta la verdad e intenta engatusarnos afirmando que el resultado de la elección del pasado domingo 5 de junio fue una monumental derrota para Morena.

¡Vaya desfachatez! Como si hubiera sido un triunfo para el PRI. ¿Pensará Alito que los militantes somos tan tontos como para creer que con esa bravata nos va a convencer de que ganamos?

En el transcurso de su mandato no ha podido recuperar la confianza ciudadana; ni ha sido capaz de plantear las alternativas serias, profundas, y urgentes que la sociedad exige para atender los rezagos y resolver los grandes problemas que aquejan a la población, como la pobreza extrema, la inseguridad, la salud, etc; y el partido va desapareciendo del escenario político de la República Mexicana. Recordemos que el año anterior entre otros, perdió la elección en Campeche, el Estado que gobernaba, y en este proceso no pudo ayudar a su Secretaria General a ganar la elección en Hidalgo.

Lamentable es que no pudo defenderse él mismo de las expresiones que le captaron en conversaciones grabadas, ni de las acusaciones que le hacen de la comisión de actos de corrupción, pero tampoco se han escuchado voces dentro del PRI que lo defiendan.

Es decir; si no ha podido convencer a la militancia; ni ha sido capaz de instrumentar una estrategia para reposicionar al PRI en la voluntad y la confianza de la ciudadanía; si no ha podido articular una plataforma para ganar las elecciones en las que participa el partido, y si ni siquiera puede defenderse a sí mismo, ¿será necesario al frente del Partido? Recordemos que en política lo que no hace falta, sobra.

Es mejor que hable al tiro; que haga coincidir la honestidad con la información política y si no puede, que se vaya, pero si de verdad hay tiro, entonces que afine la puntería.