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La licencia de Vanessa

Jaime Santoyo Castro

Extraño en verdad resulta la solicitud de licencia de Vanessa Rubio Márquez para dejar de ocupar el codiciado espacio en el Senado de la República, con todos los beneficios, ingresos y privilegios que le son inherentes, para, según su dicho, irse a realizar actividades académicas en Inglaterra.

Pareciera irrespetuoso dudar de que esa sea la causa real y verdadera de su separación, pero creo que los mexicanos tenemos el derecho de cuestionarla, porque la separación voluntaria sin una causa plenamente justificada equivale a una renuncia a ocupar el cargo, y el cumplimiento de tal cargo es obligatorio, por disposición constitucional.

La Senadora emitió un comunicado vía Twitter informando que solicitó licencia para dedicarse por un tiempo a la academia y consultoría, y concluyó diciendo que: “Ya con la licencia, decidiré la mejor opción.”

Legalmente primero hay nque justificar la causa de la licencia y luego separarse del cargo, y ella primero quiere obtener la licencia sin justificación y luego decidirá qué hacer.

Nótese el menosprecio por lo delicado de la responsabilidad que asumió y por la cual protestó cumplir y hacer cumplir las disposiciones constitucionales, para de manera injustificada simplemente decidir lanzarla a la basura y dejar además, al Partido que la postuló, sin un voto. No hay que soslayar que también ente el Instituto Político protestó cumplir y hacer cumplir con sus documentos básicos. Dos juramentos hechos al vapor, sin sustento ideológico, ni responsabilidad, hechos a un lado por el interés personal. ¡¡Eso es mandar al diablo a las instituciones!!

Bien dicen que lo que no cuesta se dilapida. A ella no le costó ocupar el escaño porque llegó gracias a la generosa vía plurinominal, sin desgastarse y sin gastar para conseguir votos; por ello no se le hace difícil abandonar la encomienda, aunque reitero, resulta extraño por la pérdida de los privilegios o prerrogativas que de ella se generan. ¿Qué es lo que la impulsaría a abandonar el escaño, y propiciar que lo asuma su suplente que por cierto renunció al PRI y se unió al candidato de Morena en Baja California? No es creíble, en estos tiempos, que sea por dedicarse a la actividad académica.

Conste que no se duda de su capacidad, talento y experiencia, pero sí sorprende la falta de compromiso con su partido y con la nación, a la que juró servir, pues resulta innegable la ausencia de una causa grave que justifique la dimisión; lo que se traduce en un franco desaire a la voluntad popular y el engaño con que se condujo cuando tomó la protesta de ley.

Fotografía: Cuartoscuro