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El estoicismo en los pacientes con cáncer

México tiene mucho que reflexionar, ya que desde el año 2000, aumentó 20 por ciento la mortandad de pacientes que lo padecen

Irene Escobedo López

El cansancio se advierte en sus rostros muchos vienen de comunidades lejanas, madrugaron para estar a tiempo. También hay gente de la ciudad. Llegan, pero no en las mejores condiciones. Les esperan jornadas extenuantes. La única manera de encarar la rutina del día, es sin prisa, con paciencia. Son los pacientes que acuden a sus tratamientos cotidianos de quimioterapia en el área de onco médica del IMSS.

Aquí no es un área ordinaria, se requiere preparación y sensibilidad. El personal médico y de enfermería altamente capacitado, denota sensibilidad, sentido humano, flexibilidad. Son empáticos con el flagelo al que se enfrentan los pacientes con padecimientos de cáncer.  A fuerza del reencuentro cotidiano hay familiaridad, complicidad.

Son casi las 9 de la mañana, la mayoría de los pacientes de la clínica 1 de Zacatecas, están listos. Algunos recibirán sus ciclos de quimioterapia otros esperan consulta. El medicamento no llega, viene desde Guadalajara y cuando no se abastece la institución debe apresurarse a adquirirlo mientras en la sala de espera lo que sobra es estoicismo y miradas esperanzadoras

Mientras se pueda seguir intentándolo vamos a seguir aquí”, dice una madre de familia. Su hija una una joven paciente que desde hace poco más de 3 años recibe quimioterapias.

Los padres de familia, hermanos o abuelos, deben de ser acompañantes permanentes de los pacientes de oncología “No se les puede dejar solos, hay que estar al pendiente de ellos mientras reciben la quimioterapia, llevarles agua, acercarlos al baño, darles algún alimento ligero o una paleta de hielo cuando deben combatir las aftas en la boca”, explica otro familiar al cuidado de un enfermo de cáncer.

Son personas que por meses y hasta por años, sacrifican familia, trabajo, tiempo libre para el acompañamiento de sus enfermos. Para la mayoría no hay licencias para ausentarse del trabajo. Solo los padres de niños con cáncer de hasta 16 años tienen el beneficio de gozar del tiempo y del pago de una licencia por atención de familiar enfermo.

Para los pacientes y sus familias llegar hasta aquí, implica además de sufrimiento, un largo peregrinar. Visitas médicas, exámenes de laboratorio, cirugías, tomografías, ecografías y hasta pequeños tropiezos como la falta de algunos medicamentos que hasta ahora el propio instituto ha tratado de adquirir como subrogados para abreviarles la angustia.

En Radiología los reactivos y medios de contraste no dan abasto a la demanda para estudios como las tomografías. En Patología hay retraso en la entrega de resultados. La causa: la creciente atención a pacientes de Covid.

Son las 10 de la mañana está listo el medicamento que se suministrará en las quimioterapias, pasan los primeros 14 pacientes que ocuparán cada uno de los sillones de la sala. Algunos tendrán que esperar a que se desocupa un lugar. Adentro un equipo multidisciplinario humano y profesional atenderá a los pacientes.

Se les acomoda en el orden que se registraron a su llegada. Cada sillón tiene un papel con el nombre del paciente. Para cada uno, hay una medicación específica.  Aquí no hay distinción de sexo, edad o condición. Todos son atendidos con la misma prioridad.  Hay jovencitos que no rebasan los 18 años, adultos de mediana edad y personas mayores, hombres y mujeres. Tendrán que pasar largas horas con el medicamento que reciben a través de un catéter, estrictamente vigilados por personal de enfermería, mientras los acompañantes entran y salen. No se puede descuidar al paciente.

Afuera en la sala hay un gran bullicio un ir y venir constante de pacientes. Las de oncología, médica y quirúrgica, son las áreas más aglomeradas del Instituto Mexicano del Seguro Social. Esta escena se replica en casi todos los hospitales de segundo nivel del país.

 Los padres de familia, hermanos o abuelos, deben de ser acompañantes permanentes de los pacientes de oncología. No se les puede dejar solos.

En México se diagnostican 191 mil casos de cáncer al año. Cifras que lo ubican como la tercera causa de mortalidad en el país y la segunda en Latinoamérica. “México tiene mucho que reflexionar, ya que desde el año 2000, aumentó 20 por ciento la mortandad de pacientes que lo padecen”, señala la Asociación Mexicana de Lucha contra el cáncer A. C.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), entre 2010 Y 2018 las defunciones relacionadas con el cáncer, o tumores malignos, han pasado de 70 mil 240 a 85 mil 754.

Pero actualmente cáncer y tumores no van necesariamente ligados a la muerte. Gracias a los avances de la tecnología aplicada en la salud, muchos pacientes pasan de una enfermedad que parecía incurable a mejorar la calidad de vida con tratamientos amigables, efectivos y menos tóxicos.

Al día de hoy muchos tipos de cáncer son curables, aunque la sola palabra aún conserva una severa carga negativa para las personas que lo padecen. Apenas es detectado devasta personas, familias, entornos.  Para quienes tienen la oportunidad de ser atendidos en instituciones del sector salud como el IMSS, o cuentan con un seguro de gastos médicos mayores, la carga se aligera. 

La oportunidad en la atención y contar con el respaldo de una institución o un seguro, evita al paciente erogaciones millonarias, pues el costo promedio de atención de un paciente con cáncer, en ocasiones llega a ser de hasta 2.6 millones de pesos, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros.

La catástrofe del cáncer, no solamente es una cuestión de salud, sino de economía, cuya clave está en la prevención, en los hábitos saludables, el diagnóstico y tratamientos oportunos.

Indicadores recopilados por la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, A. C.  muestran que el cáncer más frecuente en México es el de mama, con más de 27 mil casos al año. Próstata, colón, tiroides, cervicouterino y pulmón complementan el cuadro.

El panorama en Zacatecas

A partir de 2016, Zacatecas se mantiene por debajo de la media nacional en la tasa de muertes por cáncer de mama, el más frecuente también en el país y que a nivel nacional cobra la vida de 7 mil mujeres al año.

El panorama, obliga sin embargo a redoblar los esfuerzos por parte de las instituciones públicas y privadas, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad en su conjunto., considerando sobre todo que las muertes por cáncer se deben a cinco factores principales de riesgos conductuales y dietéticos: Índice de masa corporal elevado, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y de alcohol.

En el Instituto Mexicano del Seguro Social, como parte de las acciones de prevención se ha esquematizado la práctica del Papanicolaou y mastografías en todas las pacientes que acuden con regularidad a medicina externa. Asimismo, se ha fijado como prioridad, la atención oportuna a los pacientes cuya enfermedad es detectada en etapas tempranas. Según datos del Instituto Nacional de Cancerología, mediante la prevención un gran número de muertes por cáncer se pueden evitar, pues el 30 por ciento de los casos son prevenibles y otro 30 por ciento se puede diagnosticar oportunamente, lo que generaría un 60 por ciento de probabilidad de curación. La prevención y la detección temprana son vitales