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Eclectis

Raymundo Carrillo

Últimos eventos poblacionales convocados desde Presidencia Nacional o su pasajero; la consulta para castigar presidentes anteriores y la consulta para revocarse a sí (a él) el mandato, ambos han tomado ruta de salida en no ser actos regenerativos, sino, escenarios con mucho artificio y sintéticos de populismo. Ese camino tiene también la rifa del avión. Serían hasta ahorita distractores. La última consulta de revocación de mandato, revelado presidencial dice fue, para distraer a la oposición mientras nacionalizaba lo previamente nacionalizado, el Litio. Finalmente, también distractor.

Ahora, aparece una versión de iniciativa para reformar la Ley Electoral, documento que a la fecha y hora de la presente redacta, no ha sido presentada al Poder Legislativo. Pero ya ha sido suficientemente divulgada su existencia y matices o perfiles por el mismísimo autor y su equipo; se difunden documentos oficialistas con una serie de postulados y precisiones proselitistas hacía la misma. De entrada, es una iniciativa que no tiene en mucho, la posibilidad de realizarse o trasformar en un año considerando estar en dos años electorales como 2022 y 2023 y también considerando que el 2024 tiene la mayor elección nuevamente. Aunque en este sentido hubiera posibilidad como todo lo que embarga a los Poderes Nacionales, falta que pasara la votación legislativa que ya demostró no guarda mayoría siquiera simple a favor del peticionario y mucho menos tendría la mayoría calificada que requiere el calado de iniciativa. 

La mentada iniciativa electoral implica una reforma Constitucional hasta donde se lee o escucha de ella; invoca sin convocar al federalismo, más bien le ignora al proponer eliminación de los OPLES, dejando inermes los Estados… iniciativa que parece ignora también la Big-Data demográfica y omitiría la asesoría sobre el peso de la carga poblacional con 10% más de pobladores en 10 años; propone números en curules y escaños sin mencionar o considerar que actualmente hay una re-distritación nacional y local;  desconoce al Federalismo jugando a la gallina ciega conminando a fraccionar amorfamente territorios muy a lo “centralizador López Santana”. Parece la propuesta de reforma, un derivado ocurrente del porfirismo de cuates; centraliza el espectro electoral y el ejercicio no sería democrático; ejemplo: la proposición de, luego de desaparecer al INE, dice: ha de haber una elección de nuevos Consejeros del nuevo instituto… ¿Quién regiría o regularía tal elección? Por demás enfatiza en el costo y ahorro y pregunto ¿más pobladores con menos representantes? Reponer más de noventa millones de credenciales retrae a la memoria los costos del nuevo aeropuerto incluida la cancelación de la anterior obra y, no significó ningún ahorro, pero no hubo fijona en el costo; a la par, el tren ha rebasado presupuestos iniciales a la fecha. Ahora entonces, la iniciativa platicada, pone fijona en costo y ahorro a la actividad democrática de todos y todas, de frontera a frontera y de océano a océano (pasando por el Golfo), no hay utilidad humana a esa idea de ahorro y costo. El financiamiento partidista ¡claro que se podrá debatir!, es la cancha más amplia y real de la Igualdad.

Sin descalificar nada y mucho menos a nadie porque, solo discursos o documentos prosélitos hay del tema; no hay más que una propuesta y se comenta, desde los perfiles y aspectos divulgados.

Para el sexenio es algo así como “a ver que pega” mientras termina. Otro acto distractor. Pueda ser que esconda estratégicamente decretar nuevamente monarquía con parlamento mexicano o alguna otra monería.

Se espera el texto debidamente entregado al Poder Legislativo.