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CAUTELA, ATÚN Y FRIJOLES O MÁS AGUJEROS AL CINTURÓN

Irene Escobedo López

Si durante la pandemia la palabra crisis ha sido el gran temor al que nunca esperábamos llegar o llegar y salir pronto, ahora desde los Estados Unidos de Norteamérica nos están marcando la pauta de lo que viene a nivel de desastre económico para el mundo.

La ya severa inflación internacional, los efectos de la guerra en Ucrania y de la pandemia por Covid-19 provocaron que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) decidiera para dar balance a la situación incrementar nuevamente su principal tasa de interés, que sube 75 puntos base, cifra histórica en los últimos 20 años y que como un remolino impetuoso causará efectos devastadores a la economía de todos en el mundo.

Se espera, como lo han anunciado, que la semana próxima el Banco de México se reúna nuevamente, para determinar otro ajuste también, a las tasas de interés.

Hay de sobra inquietud entre la gente, porque estamos hablando de solo uno, de los múltiples ajustes por lo menos dos más en los meses sucesivos- que se esperan todavía en este año a las tasas de interés tanto en los Estados Unidos como en México.

Las voces de los expertos ya advierten de los posibles efectos por el alza de las tasas y por las consecuencias de la inflación que a nivel mundial impactarán directamente en los créditos por un lado y por el otro en el suministro de alimentos y en la liquidez.

Las recomendaciones van desde armarse de provisiones como el atún y los frijoles enlatados, no contraer nuevas deudas y tener un fondo de contingencia suficiente para 12 meses pero que, por las condiciones económicas de nuestro país será difícil pensar que la población pueda tener su guardadito.

Los fondos de emergencia hace mucho que se terminaron para las familias de clase media, que en México son más de 14.5 millones de hogares. Y por supuesto ni qué decir lo que se espera para los más pobres, más de 52 millones de mexicanos. La débil economía y el alto costo de la vida no permite ahorrar.

El Fondo Monetario y de Valores ha ventilado algunas cifras que indican que solo el 44% de los mexicanos cuenta con algún ahorro informal no en la banca que el 42% nunca ha ahorrado nada y el 14% dejó de hacerlo en los últimos años.

Los consumidores mexicanos también compran menos y han modificado hábitos alimenticios.

La realidad de este país obliga a que como siempre, la medida, la única medida viable y posible sea apretarse el cinturón, aunque en la correa ya no quepan más agujeros.